tag:blogger.com,1999:blog-79224516776522255712024-03-13T10:32:54.304-07:00BoulevardGregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.comBlogger62125tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-20554143366626847772015-05-31T10:45:00.000-07:002015-05-31T10:45:59.868-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;">La Susana</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Estirpe de
dueños, ganaderos, propietarios ricos, rasgos de aristócratas, vaya a saber qué
conde italiano o marqués francés hay detrás de ese apellido que los congrega
como un clan. Trillizos famosos en tres leguas a la redonda son tan semejantes
y tan distintos como pueden serlo los hermanos, los miembros de una familia unita,
como la suya. </span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Todos nenes de
mamá, el varón soltero irreductible con amores a escondidas, historias para lucirse
y regodearse en la sala de auxiliares frente a las colegas menopáusicas que le
miraban de reojo la morena piel de raso y los lujosos ojos oscuros contaminados
de arabia desde algún rincón de los cruces raciales que el sapien europeo le
heredara. Militantes contradictorios, radicales por tradición de comité,
conservadores y snob en la vida diaria y en la convivencia con los desarrapados
de este pueblo del interior, el muchacho fue intendente. Su sonrisa
deslumbrante se fue desdibujando en una mueca de desencanto y frustración a
medida que pasaban los años del mandato y cuando este concluyó se marchó del
pueblo a la capital de la provincia, donde todos somos nadie y, como dicen
alguien que uno conoce, te beneficia el anonimato.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Quedaron las
hermanas: una, bien casada, con alguna que otra operación estética, criando
niños, coches caros y ropa de marca. Una vida de señora bien de la primera
mitad del siglo XX. Y Susana.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Efervescente Susana,
idealista contradictoria, esgrimiendo el discurso de los de su clase, los
herederos de la clase media-media, seguro la más perjudicada por los procesos
populistas que iniciara el peronismo hace setenta años, cuando los padres de
esta mujer empezaban a ser jóvenes. Y a entender la vida. Heredera de la
capacidad de trabajo de los antepasados inmigrantes, de su elevada y recia
autoestima de arios superiores, pero también de su soterrado y compasivo
desprecio por ‘los de abajo’, esos seres marrones, de pelo hirsuto y ojos
redondos y brillantes de carencias. Desprecio que sin embargo, porque ella es
buena gente, se elabora en compasión, en una dura bondad que la lleva a
imaginar que gobernándolos, dominándolos, haciéndolos obedientes al sistema,
los podrá salvar.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Susana, mujer
pragmática, suele decepcionarse con facilidad: los demás casi nunca son como uno
se los había imaginado y jamás hacen lo que uno espera que hagan. Esta
perspectiva de persona con pocas (y negadas) frustraciones la coloca en esa orilla
de la vida, que por la erosión de los desencantos se eleva un escalón por sobre
las cabezas de los que van y vienen -con apenas su quehacer diario, sin pensar
mucho, para lo que a veces ni siquiera hay tiempo- y la deja a ella en el
pedestal de los que juzgan y, si pueden, sancionan.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> Profesora
competente y entusiasta, ha logrado buen nombre en el ámbito educativo en el
que, dada las características que señalamos, no ha logrado persistir en cargos
jerárquicos: el sistema educativo es pasto de laizes faire desde hace más de
una década y ese no es el espacio en el que mejor se desenvuelve esta licenciada
de firme carácter y orgullosa estampa.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> La vida
pública, sin embargo la atrae como un novio sádico a una solterona remilgada,
por lo tanto no desiste y ahora es candidata con grandes posibilidades de ser
intendente de su pueblo. Sus discursos fogosos, bien modulados por su sensual
voz de nerviosa disfonía, las barrabasadas del intendente de turno, el jolgorio
desvergonzado de los esbirros municipales, las contradictorias reyertas del
intendente y sus clientes con el párroco local, con concejales de la oposición,
con ciudadanos conocidos y portadores de tradición, la descarada corrupción y
el desasosiego de tanto árbol arrancado y tanto mural ilustrativo de fanatismo
religioso, han puesto al intendente actual en definitiva debacle.</span></i></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"> La esbelta
Susana, con su negro cabello al viento y su voz de hoguera humosa, se alza
sobre las escombreras de la administración de diez décadas del afuerano (que se
impuso por reclamos de las masas populares) y extiende con brazo delgado y
firme el asta en la que ondea la bandera de nuevos entusiasmos. Como en aquel
cuadro de la señora de la libertad con el seno al aire, así sobrevuela la
figura de Susana sobre la desmadejada población de S.S., aunque ella vaya
victorianamente cubierta y apenas brille en la sombra la blanca y marmórea
frente en cuya luminosa inteligencia la mitad de un pueblito dejado de la mano
del bien pone sus sueños.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioz2E3IOQznNAJtn378Bp-IDM5yiOdwX_y_bPeXvnXRivaEBdFgvfNA_p8uPeQCkxCVQb2_-pX6NvqRTEX7BDM2tFwa5nQd1oE-A1JEUGZ3pq-pRUODu87_3lo6QpMKjHzxByZQSilP27r/s1600/11174993_549496325188873_7424184889388524132_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioz2E3IOQznNAJtn378Bp-IDM5yiOdwX_y_bPeXvnXRivaEBdFgvfNA_p8uPeQCkxCVQb2_-pX6NvqRTEX7BDM2tFwa5nQd1oE-A1JEUGZ3pq-pRUODu87_3lo6QpMKjHzxByZQSilP27r/s320/11174993_549496325188873_7424184889388524132_n.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i>La imagen se tomo de//www.facebook.com/photo.php?fbid=549496325188873&set=a.102458726559304.3584.100003855308630&type=1&theater</i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i>-*-</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-25697385920976271512015-05-22T07:37:00.002-07:002015-05-22T07:38:33.138-07:00<span style="color: #38761d;"><i> El pequeño poder</i></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span>
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Contradictorio y paradójico, el mundo de la humanidad nos golpea, nos degrada y nos encierra en la ningunidad, al menos una vez cada día. Y no es que hay que estar demasiado atentos para ello, basta con caminar por el supermercado -esos templos del consumo, como dijera Sartori- y darse de topetón con las parvas de alimento acumuladas: galletitas saladas formando graciosas torres torneadas, todo un diseño volumétrico y arquitectónico, en tentadora exposición, grandes gruesas de arroz o fideo o yerba mate, o azúcar -esa bondadosa aliviadora del hambre-, o harina -el magnánimo maná de los pobres-, para recordar las historias del hambre que surcan raudas y exhibicionistas estas redes luminosas dentro de las cuales vivimos algunos de nosotros.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Navegan barcos tristes por el mundo, con su carga de hambrientos y desheredados, y revuelven la basura en los cinturones roñosos de las ciudades y hasta en sus espacios más iluminados, niños de mirada escondida y manos sin belleza. Arrastran bidones de agua turbia o se beben sus lágrimas y su sangre los pobres del mundo, los perseguidos y desheredados, los torturados, los degradados y alguien se instala en su escritorio y entra a los juegos de Internet y mañana hará paro porque un sindicalista tiene el mandato, que no sabe de dónde viene, de boicotear algún quehacer para beneficiar a este y perjudicar a aquel.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y miramos lo escrito y sabemos impotentes que si la sonora voz de Eduardo Galeano no torció el rumbo de las decisiones de los hombres, menos lo hará la nuestra, mínima y perdida como el piar de un polluelo hundido entre altos y ásperos pastizales. Pero igual hacemos la reflexión y la decimos, aunque se pierda entre el rumor de los mil grillos y cientos de cuervos que criquean o graznan alrededor.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> No está bien callar, cuando se hace indispensable decir, porque el que calla está dando permisos. Tal vez no se los da a las fuerzas imperiosas del dinero y el poder mundial pero si a las pequeñas fuerzas que cada día nos degradan y nos menosprecian y se apoyan en nuestra debilidad para abusar y corroer y aprovecharse de la circunstancia que los puso detrás de un escritorio y les dio herramientas para apenas vegetar en el sistema social, político y económico, vegetar o parasitar, a fuer de precisos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Son esas personas, que ocupan los pequeños lugares de intermediarios entre nuestras necesidades o nuestras actividades diarias y las definiciones y decisiones del sistema, los que se constituyen en Carontes de nuestra existencia. Ellos deciden si nuestro trabajo tiene valor, si alguien puede acceder a los ámbitos de la cultura, de la justicia, de los beneficios sociales. Ellos nos llevan y nos traen de la orilla oscura de la demanda al limbo indefinido de las esperas administrativas. Ellos saben decir un no que no tiene sustento, ellos riegan continuamente el terrero estéril donde las personas se convierten en mendicantes degradados.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Su mundo brumoso está recreado hasta la náusea en las novelas de Kafka, cuya trama inconclusa y cuyos vericuetos laberínticos explicitan alegóricamente la trama de tela de araña del poder minúsculo, el pequeño poder que gobierna realmente el mundo. Mundo que sería mucho mejor, mucho más amable y sencillo, si no hubiera toda esa malla de manos y ojos y lenguas indecentes siempre haciendo algo para que a la persona corriente, la que va y viene por el quehacer esforzado y cotidiano, solo le represente escollos cada uno de estos seres medianos y lamentables que pueblan oficinas con su charlatanería, su desidia, su infatuación y su regodeo en las gotas melosas de poder, que abarajan avarientos con su lengua infame y obsecuente.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y mordiéndonos las uñas, en profunda y melancólica meditación, nos decimos, recordando aquello de que el mundo se arregla desde el poder, que el mundo sería un poco mejor si tuviéramos mejores personas en esos lugares de los pequeños poderes. Concluimos sin esperanza pero sin claudicaciones que el mundo se arregla desde el poder pequeño, si las personas pequeñas quisieran mejores.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOIK_3QOFd1cDlmwChY6ql-u1NC4eY6Q__RrkvmNA-THwjgk46y5sN_-IghLPt67b7XENYspAqvnteVSdUtO06_BV1Y1Rnoag00-AxLYjFrcCRpZ9TbITYsRmEmNBixl_kLppJM9lZDX1o/s1600/Foto-0170.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><span style="color: #38761d;"><i><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOIK_3QOFd1cDlmwChY6ql-u1NC4eY6Q__RrkvmNA-THwjgk46y5sN_-IghLPt67b7XENYspAqvnteVSdUtO06_BV1Y1Rnoag00-AxLYjFrcCRpZ9TbITYsRmEmNBixl_kLppJM9lZDX1o/s320/Foto-0170.jpg" width="320" /></i></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i>Edificio Municipal de Villa Ángela -Chaco-</i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i>-*-</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> </i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-87162155909734889202015-05-16T08:12:00.000-07:002015-05-16T08:12:00.185-07:00<i><span style="color: #38761d;">Animalia </span></i><br />
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;">Animalia</span><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;"> es uno de los cuatro </span><a class="mw-redirect" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Reinos_naturales_(biolog%C3%ADa)" style="background: none rgb(255, 255, 255); color: #0b0080; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px; text-decoration: none;" title="Reinos naturales (biología)">reinos</a><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;"> del dominio </span><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;"><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Eukaryota" style="background: none; text-decoration: none;" title="Eukaryota">Eukaryota</a></span><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;">, y a él pertenece el </span><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Homo_sapiens" style="background: none rgb(255, 255, 255); color: #0b0080; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px; text-decoration: none;" title="Homo sapiens">ser humano</a><span style="background-color: white; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;">.</span></i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: xx-small;"><span style="background-color: white; color: #38761d; font-family: sans-serif; line-height: 22.3999996185303px;"><i>Wikipedia, la enciclopedia libre</i></span></span></div>
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Animalia es el reino de la naturaleza al cual pertenecemos junto al perro que encadenamos en el patio a la intemperie, junto a los artrópodos que envenenamos por confort o para protegernos de las enfermedades, junto al toro que torturan hombres que se dicen valientes y que a veces como Sanchez Mejía o el marido de Isabel Pantoja, el Paquirri, reciben la merecida muerte entre los cuernos de un toro justiciero. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Animalia es un reino con amplia variedad de seres y variadas conductas que casi siempre luchan con otros o entre sí por la supervivencia. Salvo el homo, que ya se sabe, no logra distinguir entre necesidad de sobrevivencia, necesidad de dominio o simple y llana maldad. Pero también el homo, por ser quien es, ha evolucionado en su visión de sí mismo y de los que comparten con él este mundo asombroso, complejo, tan lleno de misterio.</span></i><br />
<i><span style="color: #38761d;"> Hace una o dos semanas un bizarro y tosco famoso de ocasión quedó fuera de la programación de un show mediático por su decadente hobby o negocio, consistente en crianza y entrenamiento de perros para carreras. Nos parece interesante que el empresario aprecie los derechos y el bienestar de los animales aunque ese mismo empresario utilice a humanos como objetos de exhibición sexista, aunque la decisión pudiera tener más en vista una cuestión de márquetin que de ética. </span></i><br />
<i><span style="color: #38761d;"> Y he ahí la gran contradicción: la defensa del animal es un debate que está instalado entre nosotros desde el siglo XIX con la llamada Ley Sarmiento y que ha alcanzado su máximo logro en los artículos 41 y 43 de <b>Los nuevos derechos y garantías de la Constitución Nacional</b>, los cuales son el fundamento jurídico de la flamante <strong style="background-color: white; font-size: 1.1em; orphans: 2; text-align: left; widows: 2;"><span style="border-image-outset: initial; border-image-repeat: initial; border-image-slice: initial; border-image-source: initial; border-image-width: initial; border: 0px; font-size: 11px; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border-image-outset: initial; border-image-repeat: initial; border-image-slice: initial; border-image-source: initial; border-image-width: initial; border: 0px; font-family: inherit; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">LEY 14346 - MALOS TRATOS Y ACTOS DE CRUELDAD A LOS ANIMALES. </span></span></strong>Sin embargo, en esta misma sociedad vemos infinitas formas de usufructo del hombre como objeto, de abominables formas de humillación, discriminación, explotación, abusos diarios del hombre no solo sobre los animales sino sobre el hombre.</span></i><br />
<i><span style="color: #38761d;"> Cuando Jack London nos contaba las aventura de Colmillo Blanco o el regreso a los orígenes del personaje que se reintegraba a las manadas de la selva nos estaba diciendo tal vez cuánta bondad había en aquella ley de la fuerza, de la sana y limpia fuerza en la que el equilibrio de lo natural estableció los principios básicos de la convivencia y desarrolló la semilla esencial del amor que nace con la ternura del indefenso protegido por el fuerte. Cuando el perro de "El llamado de la selva" mira a su salvador con gratitud, o vuelve para vengarlo, cuando Colmillo Blanco arriesga su vida para defender a los hombres que lo han rescatado y cuidado, London nos está diciendo de la posibilidad de una convivencia sustentada por las alianzas que se fundan en el cuidado del otro, aunque ese otro sea un perro.</span></i><br />
<i><span style="color: #38761d;"> La elección entre el bien y el mal no necesita leyes, debe estar en el hombre internalizada sin contaminaciones de fundamentalismos, ni fanatismos, ni ambiciones materiales o sociales. Debería ser tan fácil, tan sencillo. si no hubiera intereses y el homo fuera un animal simple y natural, debería ser fácil. Pero somos contradictorios, egotistas, vacuos y ambiciosos, creamos una cultura consumista, sexista y competitiva, impregnada de crueldad. Una cultura en la que el otro solo es un ser a nuestra disposición, para el placer, la diversión, la ganancia, la autoafirmación. Hasta que un toro mata un torero y nos despierta un ratito. Por no dar ejemplos de los que ya todo el mundo habla en demasía.<br /></span></i><br />
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: 'Roboto Condensed', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 20px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<span style="border: 0px; font-family: inherit; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: Arial, sans-serif; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: xx-small; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></span></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFk8fpyYLCXVxUiy2meoDhvZHvx_x5YKdgbxcLLLOKqJB8O5xZKYws5Yg1x8lzq_e2tKS6RZjB2r8NQPtJE3U7-MM3V7WeJ9PmbvOCsiRuyvGJfORg5bF53ll-Cf1nGGYsboxyYcSrwwva/s1600/CE_p2RZUsAAbyVh.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFk8fpyYLCXVxUiy2meoDhvZHvx_x5YKdgbxcLLLOKqJB8O5xZKYws5Yg1x8lzq_e2tKS6RZjB2r8NQPtJE3U7-MM3V7WeJ9PmbvOCsiRuyvGJfORg5bF53ll-Cf1nGGYsboxyYcSrwwva/s320/CE_p2RZUsAAbyVh.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXGRPZExwH3rDeh49DB0LwAb3R7Bh6dzahtUhMjlyw2RxhpcGAB2N3vVmvi0et3aofWx1zq7E-5tizU_0A8cmXpqRAq-Z1sCT4gRDhDMAidK9__O5s2_6fJa_fv7mbgmghtNZu_bVCCnVp/s1600/gas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXGRPZExwH3rDeh49DB0LwAb3R7Bh6dzahtUhMjlyw2RxhpcGAB2N3vVmvi0et3aofWx1zq7E-5tizU_0A8cmXpqRAq-Z1sCT4gRDhDMAidK9__O5s2_6fJa_fv7mbgmghtNZu_bVCCnVp/s1600/gas.jpg" /></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: 'Roboto Condensed', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 20px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<span style="border: 0px; font-family: inherit; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: Arial, sans-serif; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: xx-small; font-weight: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></span></span></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<i style="color: #38761d; font-family: Arial, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 20px;">http://www.animanaturalis.org/</i></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; margin-bottom: 1.2em; margin-left: 1.06cm; orphans: 2; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline; widows: 2;">
<i style="color: #38761d; font-family: Arial, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 20px;"> </i><i style="color: #38761d; font-family: Arial, sans-serif; line-height: 20px;"> -*-</i></div>
</div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-21866707959753494802015-05-02T09:56:00.000-07:002015-05-02T09:56:10.635-07:00<i><span style="color: #38761d;">La contracara</span></i><br />
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Algunas personas, las menos, no entramos en shock de ternura cuando vemos un bebé o un niño en su primera infancia. Los niños son personas, tienen derechos, hasta que empiezan a crecer, a ir a la escuela, a entender y formarse, solo tienen derechos. De los adultos depende que vayan asumiendo obligaciones: cuidar un ratito al hermanito, levantar sus juguetes, hacer la tarea escolar, hacer un mandado al almacén de al lado. Después vendrá la vida con sus reveses. Algunas personas sentimos compromiso moral, humano, frente a un niño, no amor a primera vista.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Hay otras personas, a las que llaman políticos (y no escucharemos la aclaración de que en ese grupo también hay excepciones porque ese argumento ante la realidad solo es una falacia), políticos que hacen propaganda, que quieren mantenerse en el poder incluso intercambiando indignamente roles, que dicen que harán en un día lo que no han hecho en diez, veinte o treinta años, políticos que nacen como hongos de la televisión, de las pasarelas, de las selfies, políticos con la cara rozagante, saludable, sonriente.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Hace muchos años, en alguna de las tantas revistas que leemos y luego desechamos, vimos una serie de viñetas en la que se ilustraba el mecanismo de la culpa retroactiva tan típica de nuestras demagogias: la democracia le echaba la culpa al proceso militar, el proceso al tercer peronismo, el tercer peronismo a los militares (tantos), los militares a las presidencias, las presidencias los conquistadores, los conquistadores... y los indios aparecían en la última viñeta con cara de suprema alarma tratando de defenderse de las calumnias que les caían encima sin que tuvieran nada que ver. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Pero, aunque alprincipio no tuvieron nada que ver, han pasado quinientos años y tal como decía V.H., son cinco siglos igual. O peor, porque se han perdido los caminos que hubieran hecho posible cambiar la historia, cambiar la vida de los que quedaron por debajo de todo sistema, por los que tienen esa cara surcada por el hambre, una carita mustia y arrasada que produce escalofríos, una rabia inmensa, una lágrima grande que no tiene manera de expresarse, de correr por el mundo e inundar todas las acequias sucias de politiquería y limpiar tanta desgracia, tanta injuria a la condición humana.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y si no se entiende, miremos par a par estas caras que aparecen en la misma página de noticias. Impúdicamente contrastantes. Amargamente disímiles y complementarias.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP0bqmeJkMD0io7eN5tcTvgbI_dwCyoYGYch4aeoxMZj3ocjKhyphenhyphen1BXBob2LDi61BffURuylWFoPaE488jOGHRnQLon5BdUvkUuajHyfW6XhvkF8lKMXk90edCieww761uyvMw-9AbamMjn/s1600/Pol%C3%ADticos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><i><span style="color: #38761d;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP0bqmeJkMD0io7eN5tcTvgbI_dwCyoYGYch4aeoxMZj3ocjKhyphenhyphen1BXBob2LDi61BffURuylWFoPaE488jOGHRnQLon5BdUvkUuajHyfW6XhvkF8lKMXk90edCieww761uyvMw-9AbamMjn/s1600/Pol%C3%ADticos.jpg" /></span></i></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1cgTjmGtpZZ50AiRImlgg3HSBCfxPB0g0O23_N8H7cXDeCP0360omYjRtDXtvOWkF2PhSMqpYCkl4dDQyb88hfMmFl9gMpzhJ91ZZWAyuiolh9dxHpxTiZd6myzFnP_I_JP1Zt_EEqrkC/s1600/2034782w300.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><i><span style="color: #38761d;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1cgTjmGtpZZ50AiRImlgg3HSBCfxPB0g0O23_N8H7cXDeCP0360omYjRtDXtvOWkF2PhSMqpYCkl4dDQyb88hfMmFl9gMpzhJ91ZZWAyuiolh9dxHpxTiZd6myzFnP_I_JP1Zt_EEqrkC/s1600/2034782w300.jpg" height="200" width="176" /></span></i></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #38761d;">-*-</span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> <span style="font-size: xx-small;">http://www.lanacion.com.ar/1789267-otro-caso-de-desnutricion-en-chaco-esta-grave-una-beba</span></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> <span style="font-size: xx-small;">http://www.datachaco.com/noticias/view/50399/Pese_a_las_denuncias_Capitanich_permanecera_en_la_boleta_oficialista</span></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i> http://www.clarin.com/tema/desnutricion.html</i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-80755643089755492312015-04-30T19:07:00.003-07:002015-04-30T19:07:48.564-07:00<span style="color: #38761d;"><i>El Romancero de Chicho</i></span><br />
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span>
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Ahora que por aquí se juega a las elecciones y que se oyen y leen tantas barrabasadas (el palo y la promesa dice este juglar maravilloso), rescatamos de la cultura española, por la que nuestra admiración no decae, la obra de este hombre magnífico, primitivo y valiente como muy pocos podrían llegar a demostrarlo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Chicho Sanchez Ferlosio puede equipararse entre los nuestros, si acaso, a Horacio Guaraní, tal vez, y con todo el respeto que ambos nos merecen. Hombre de gran compromiso político, hombre de sensibilidad y talento artístico deslumbrador, hombre libre hasta la desnudez sanguinolenta de la conciencia, hombre íntegro hasta la carne viva del riesgo, conoció el mundo, conoció a los hombres y tomó partido por los que siempre pierden en esta sociedad contradictoria e inequitativa.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Chicho Ferlosio, miembro de una familia de intelectuales, su padre fue funcionario del gobierno de Franco y escritor consagrado del régimen, su hermano Rafael aparece en primer término en los buscadores de la red por ser también escritor laureado, su sobrina Marta es cantante pop de seductor encanto comercial. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Pero Chicho supo ser él mismo y por ello anduvo siempre a contramano del orden establecido. Modelo de creadores para la camada de cantautores de los años setenta nunca persiguió la fama pero le fue dada la celebridad. Es cierto que si vamos a los buscadores tampoco aparece en la nutrida lista que encabeza Alejandro Sanz, embellece Julio Iglesias y adorna Joan Manuel Serrat. Ellos hicieron carrera. Chicho Sanchez Ferlosio hizo de todo. Versos y música entre otras cosas. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Amancio Prada lo homenajea a menudo y algunos de los de su generación lustran sus pendones con la amistad que Chicho les obsequió. Un día se hará la historia seria de la cultura española en la que no se consideren los mecanismos consumistas de los medios que imponen tendencias y gustos, y esta generación de juglares reales será la sintesis de la esencia creadora de España por sobre las televisivas figuras de los figurones. Se lo merecen porque traen las populares raíces medievales y porque esplenden en las flores de la rebeldía y la verdad.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Hasta tanto, nosotros homenajeamos al artista que fuera el hijo de Sanchez Masa (si, el facista de "Soldados de Salamina" de Cercas, je) y qué bien le vendría a los políticos nuestros escuchar un poco esta corajuda juglaría. Ojalá lo hicieran antes del "primer minuto de gestión".</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/C7cN0qV60zc/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/C7cN0qV60zc?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<h1 class="yt watch-title-container" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; display: table-cell; font-family: arial, sans-serif; font-weight: normal; margin: 0px 0px 13px; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: top; width: 610px; word-wrap: break-word;">
<span class="watch-title " dir="ltr" id="eow-title" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border-image-outset: initial; border-image-repeat: initial; border-image-slice: initial; border-image-source: initial; border-image-width: initial; border: 0px; margin: 0px; padding: 0px;" title="Romancero de Durruti - Chicho Sánchez Ferlosio"><span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i> Romancero de Durruti - Chicho Sánchez Ferlosio</i></span></span></h1>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
-*-</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-29791003789451514312015-04-25T16:32:00.000-07:002015-04-27T06:05:12.374-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y en tu cielo... la luz</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> En todo pueblo hay lugares míticos, lugares llenos de historias pequeñas que están enmarcadas en la gran historia, lugares donde el pasado y el presente intersectan en un ámbito mágico, un lugar y tiempo duendil y milagroso, un pequeño espacio en el que la realidad se quiebra imperceptiblemente y en cuya grieta se cierran, se sumergen, para ser raíces, los sueños, los trabajos, las proezas de una generación y nacen los nuevos tiempos, tan distintos, tan distantes.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Villa Ángela tiene lugares donde ese misterioso quiebre entre lo que fue y lo que es/será. El ayer de un pueblo, la gente que allí estuvo y construyó sin alharacas ni luces de espectáculo una existencia,una cotidianidad que, aunque pareciera no haber existido nunca, estuvo allí, y fue la vida de hombres y mujeres cuyos hijos y nietos trasiegan hoy las calles y los días, sin sospechar cuánto fue necesario de ese ir y venir de sus antepasados para que el mundo siguiera andando. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> La fábrica de tanino, cuyas ruinas invadidas por el verde intransigente del Chaco, hoy, en un ritual que dura décadas, se derrumban sin cesar bajo la luz inmensurable del sol subtropical de la región. Las ruinas son un paisaje en el que la naturaleza recupera su espacio paciente y persistente, sin rendirse. Pero ambas, la fábrica, que más parece una imagen escapada de los relatos de Roa Bastos, y la naturaleza, con su feracidad y su ferocidad, juegan, desde hace treinta años, una pulseada paciente, empecinada. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Nada del ayer está igual; también los hombres con su insaciable rapiña o su ingente necesidad han ayudado a la destrucción. La nostalgia se desorienta desde antes de ingresar a los espacios queridos y antaño tan conocidos, ahí donde nuestros pasos y nuestros ojos ya sabían como andar y qué mirar. Ahora hay que golpear a la memoria con el martillo de la realidad para recorrerla siguiendo el circuito tremebundo y recreado de los pasos del pasado.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Se entraba por el portón de la balanza. Un amplio camino, aplanado por el circular continuo de camiones cargados de rollizos, nos guiaba por la derecha, hacia las playas donde los inmensos troncos de quebracho entregaban su última resistencia, y por la izquierda hacia las portentosas poleas de la aserrinera, que molía los colosos con filosa disciplina y los dejaba inerme en manos de los grandes tachos de la cocina, hacia adentro del gran galpón que era el corazón de la fábrica. De ahí hacia los galpones donde se estibaba el producto rojizo, ácido y terso, con el que alemanes e italianos curtirían las pieles que calzarían y vestirían a los dandis de Europa.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Ahora la balanza es una casita vacía y en su frente una fosa llena de agua todavía espera el reposo de los poderosos camiones de guinche que sobre ella medían el alcance de su poder. En el ancho callejón de ayer árboles y pastizales han sufrido los desgarros de la última tormenta y un cardo de arbusto florece azulino y rústico para el disfrute apasionado de un mangangá. Entre alta y cerrada maleza enfilamos hacia la aserrinera, siguiendo una huella apenas visible de lo que debió ser la trocha de la vía del pintoresco tren de la empresa, y llegamos a la tolva de la que solo quedan altos horcones de quebracho, impasibles, casi eternos. La aserrinera es un conjunto de grandes ruedas de metal que apabullan el asombro y golpean con el recuerdo de su poderío. El galpón donde estuvo la cocina es un gran colador de luz majestuosa que parece concentrarse toda sobre la cabeza del visitante para luego rebotar sobre el increíble piso de mosaicos rojos y amarillos, casi impecable. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y accedemos al sacrosanto corazón emotivo de la fábrica: la mítica chimenea que se trepa hasta el cielo, como lo hicieron los sueños de un país desaparecido por tantas razones que no queremos enumerar ni recordar ahora, hasta el cielo azul, azul el cielo y un girón blanquecino, deshilachado, impoluto, como una gasa tierna allá, en el extremo.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Este testimonio histórico de las economías esquilmadoras del modelo exportador de materia prima fue sin embargo el templo del trabajo para la niñez con padres tanineros. El corazón llora deshecho de ternura abrazado a estos ladrillos, a esta luz, a estas raíces que nos confirman cómo los nuevos árboles, con sus pájaros, sus flores, sus frutos y los nuevos niños, crecerán desde los cimientos de lo que hemos amado y conocido y creíamos eternamente nuestro, eternamente. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjedaEXld41n2cGJBh9CwDFuyMRGqp9L96bUhZbmmxuGT8I8AD8Rjpj1C-p1p2HCG5u2PGFAFh4DblcFUchmxpC7w4iyKH4wQDBTHKCKbTDUv6MT2O-KQ3k88mnjT1lSFoEyvrxzCtq5YLj/s1600/Foto-0103.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjedaEXld41n2cGJBh9CwDFuyMRGqp9L96bUhZbmmxuGT8I8AD8Rjpj1C-p1p2HCG5u2PGFAFh4DblcFUchmxpC7w4iyKH4wQDBTHKCKbTDUv6MT2O-KQ3k88mnjT1lSFoEyvrxzCtq5YLj/s1600/Foto-0103.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbcp7R_QCx2YkYXBbZu1DVjWTaV8_KCfy3Um2FFeY2mk1WcLsIf9tYLbEN2Alw6TV96cXUgQUYWmXO-W1hj8ED6LPP7w9wPowByOBPzZSA8FKODoRaVSbyq0R1btAR9sam1n6L8KF5guyj/s1600/Foto-0108.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbcp7R_QCx2YkYXBbZu1DVjWTaV8_KCfy3Um2FFeY2mk1WcLsIf9tYLbEN2Alw6TV96cXUgQUYWmXO-W1hj8ED6LPP7w9wPowByOBPzZSA8FKODoRaVSbyq0R1btAR9sam1n6L8KF5guyj/s1600/Foto-0108.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeRUNGwEOnYYLo-1FByFu64N2p0rwtKiCHhqMdhrRZja76PCCp4gN1DepP0u5z2uNkHODfWacFl6geAGJ9A-WA8ImmkQpAshZVq0pPwEE37IdAZ5tyEVOUZfutSgcD_ICqVupmcBbBtZlw/s1600/Foto-0114.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeRUNGwEOnYYLo-1FByFu64N2p0rwtKiCHhqMdhrRZja76PCCp4gN1DepP0u5z2uNkHODfWacFl6geAGJ9A-WA8ImmkQpAshZVq0pPwEE37IdAZ5tyEVOUZfutSgcD_ICqVupmcBbBtZlw/s1600/Foto-0114.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLwUwm8v-Ax2Ds7mWcAIUJME58wizdmafYVA4vUuR35q9RIUBXu5-ORxy7uKtprkY-cvKnSbcLF2CyczD-0rQZiLxmkgYPJLBxz9E94WS59OXb8U5awvbRaoxyPA87xJRFphXnJjRxMWzS/s1600/Foto-0117.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLwUwm8v-Ax2Ds7mWcAIUJME58wizdmafYVA4vUuR35q9RIUBXu5-ORxy7uKtprkY-cvKnSbcLF2CyczD-0rQZiLxmkgYPJLBxz9E94WS59OXb8U5awvbRaoxyPA87xJRFphXnJjRxMWzS/s1600/Foto-0117.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqUBvau1BO38ygRDwXeCPTCAjmntq2fJGi2a00rAgwEbyifRofY2QcwkO2DINAYKL_31McUUzjo_HA_WKkX9Iyz5TKxXaFmq_BW9xm0be11PDrXi3U1bCrTQH7sksQwG6VT9dD0n0DLHd7/s1600/Foto-0127.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqUBvau1BO38ygRDwXeCPTCAjmntq2fJGi2a00rAgwEbyifRofY2QcwkO2DINAYKL_31McUUzjo_HA_WKkX9Iyz5TKxXaFmq_BW9xm0be11PDrXi3U1bCrTQH7sksQwG6VT9dD0n0DLHd7/s1600/Foto-0127.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixJjVdvEqFeOJx-nkQfS6j-Rtl_eJ4ZaIuvvdWyDt3QlWpNSGX2WUH0s1ipHwiU9uTiL6PAKkLYn1VdV3Q9gJ0h0Mqy2qdW_y-jraS-HDoAIY-CykdnsYvP6UfYLn-JaOVrg1kL5ykIQvi/s1600/Foto-0133.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixJjVdvEqFeOJx-nkQfS6j-Rtl_eJ4ZaIuvvdWyDt3QlWpNSGX2WUH0s1ipHwiU9uTiL6PAKkLYn1VdV3Q9gJ0h0Mqy2qdW_y-jraS-HDoAIY-CykdnsYvP6UfYLn-JaOVrg1kL5ykIQvi/s1600/Foto-0133.jpg" height="320" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i><span style="color: #38761d;">-*-</span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-11281848472230871442014-11-11T12:46:00.002-08:002014-11-11T12:48:36.492-08:00<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>ES-AR</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:DontVertAlignCellWithSp/>
<w:DontBreakConstrainedForcedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
<w:Word11KerningPairs/>
<w:CachedColBalance/>
</w:Compatibility>
<w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="267">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">Luces de danza</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> ¿Nunca pasaste por la pérgola del artesano,
domingo recién anochecido, en la plaza central de Resistencia? Pérgola del
artesano, lugar destinado a la exposición y ventas de artesanía más o menos
locales en la que el turista o el paseante del interior, el resistenciano
mismo, puede encontrarse desde las típicas alhajitas de cualquier vendedor
callejero o tejidos, cacharrería, manufacturas propias de habilidosos
autóctonos (algunos descendientes de los pueblos originarios, pero eso no hace mucha diferencia, aquí todos
son resistencianos), hasta esculturas de artistas originales, magníficos, tal vez poco conocidos, pero no
por ello menos talentosos. Ya se sabe, Resistencia es la ciudad de las
esculturas.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> La pérgola, sin embargo, es el paisaje
donde se desarrollan también otras historias. Cada domingo es un capítulo nuevo
en el que Resistencia, o al menos su urbano corazón mestizo, atravesado por
tantas líneas de estilos y de búsquedas, se pone a palpitar con libertad
adolescente en el borde mismo de la pérgola. </span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Mientras el ritmo de la ciudad sigue su
ronroneo de motores que fluyen desde el centro hacia los barrios, o desde los
barrios hacia el centro, junto a la pérgola, sobre una pista de cemento se arma
cada domingo, en la cálida anochecida, una reunión, con más o menos público,
según lo que pinte. Un equipo de sonido, músicos y cantores de la ciudad o de
la provincia, y un grupo variable de bailarines, aficionados y/o entrenados,
levantan un alegre barullo de jarana que a veces, por sobre el ruido de la
ciudad se llega a oír varias cuadras a la redonda.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Se puede ver de todo: hace unos veinte días
un grupo de rock, bastante lamentable, intentaba con el canto desgreñado de su
vocalista, insuflar energía y entusiasmo a un público que se le escabullía. En
otras ocasiones el chamamé ha hecho vibrar el piso y el aire de la capital
provinciana. Una de esas noches un grupo de folcloristas cerró su presentación
con el “Candombe para José”, aquel del negro que disimula sus penas bailando,
el de la camisa endiablada, pero que aún así, lo sabe el cantor, es un negro
bueno. </span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Los bailarines quedaron un poco
desorientados, el candombe no es un baile que se practique con frecuencia como
la chacarera o la zamba. Algunos se las arreglaron con sus técnicas aprendidas
profesionalmente, pero les faltaba el escorzo calenturiento que la raza negra
le da a sus danzas. Hasta que saltó a la pista de cemento un morocho, no negro
de raza sino negro de puro chaco, nomás. El morocho sabía de danzar candombes:
las piernas quebradas en disposición de animal predador, los hombros un poco
caídos hacia atrás, los brazos ofreciendo el frente interno, el pecho combado,
todo él cayó sobre la pista en la postura del poseído por la danza. Y la danza se
le rindió. Y las mujeres le empezaron a caer de a dos. Y los mirones corearon,
hicieron palmas y vivaron, mientras el moreno se desarticulaba en la pista
perseguido por las damas que fuera de allí acaso ni le darían el saludo. </span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Más que los músicos, a veces muy buenos, el
verdadero espectáculo es el que dan los bailarines. Algunos de ellos no se
pierden un domingo. Hay bailarines muy jóvenes, niños casi. Los hay de aspecto
próspero y distinguido. La mayoría viene de los barrios alejados a buscar una chispa
de alegría en la fiesta abierta, popular, podría decirse democrática, si la
palabra no estuviera tan bastardeada. Y algunas son parejas de ancianos.
Vivaces, esbeltos e iluminados por el magnetismo de la danza, las parejas de
viejos son las más lindas. Hay algunas que están todos los domingos. Y se
bailan todo, desde la primera canción hasta la última. </span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Una de esas parejas es la de la dama esbelta
y el galán rendido. Son como el Romeo y Julieta de la pérgola. Ella es alta y
sonriente, él es un poco calvo, la espalda algo cargada, con movimientos
regulados de anciano. Ella tiene el pelo apenas coloreado, un tono ceniza que
disimula las canas en una mujer que ha sido muy hermosa y que sigue manteniendo
la actitud de la que se sabe admirada. Él podría ser un abuelo, lento y
parsimonioso que pasea al nieto inquieto un domingo a la tarde en la plaza
asoleada. Eligieron los dos ser los
bailarines más representativos de la pérgola. </span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Bailan el uno para el otro: ella como una
reina esquiva, sonriente y altiva, escurridiza; él como el peregrino que la
sigue, la busca, la encuentra y la homenajea hasta convencerla y cautivarla, no
con cadenas sino con el pañuelo amoroso de la zamba, con el ritmo entusiasta de
la chacarera.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Esta noche el conjunto se llama “El sendero”
y cantan “El olvidado” con el acompañamiento muy alto del violín que desgaja su
lírica rebeldía bajo el cielo invisible de la ciudad. Los dos viejos, juveniles y frescos, bailan
con renovado entusiasmo y cuando la zamba cierra su ronda de persecuciones
galantes y pañuelería engañosa, él consigue apresar a su paloma y la premia,
tierno y delicado, con un beso.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> En este extremo de la pista, muy cargada
esta noche, un hombre de estatura mediana, piel oscura, aspecto de proletario,
baila con sus dos mujeres y las cumplimenta a las dos. Una de ellas es alta y
opulenta, la envuelve un vestido de verano con finos breteles que la muestran
seductora y pulposa. Él debe de sentirse muy halagado de que tanta gente lo
sepa dueño de esta belleza morena. La otra damita se levanta un poco más de
metro veinte del suelo, luce los enormes ojos negros de la madre y mira al
hombre como jamás mirará a ningún otro porque no habrá ninguno igual al hombre
oscuro y fuerte que hemos tenido a los ochos años y menos si ese hombre es
capaz de lucirnos en la danza de su vida. La niña compite abiertamente con su
madre por las atenciones del bailarín que no se arredra y las hace girar
juntas, a una con la mano del corazón, a la otra con la mano de traer el pan.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> Hay de todo: mujeres que bailan entre ellas,
una muchachita vestida con un breve short
ajustadísimo que baila con un muchachito vestido de gaucho que no sabe
cómo desenredarse las anchísimas bombachas frente a tanta provocación, hay
jóvenes que bailan engreídos con la abuela, dando cátedra de habilidad, hay
abuelas que bailan solas.</span></span></span></i></div>
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;">
</span></span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjblTe_tN1AXeWnAaveXdc6fNAhDcytBCJHjlSDvS6gzTw_Ro99tCpIIjzFjchWf_d3oQFx4fg_BX0jkEmhtX0vOpeZqRqMaATcpSZ-wT6vmdzYRhXtqnKaHvWlDrfc39zaT-gqYu6swJuv/s1600/Foto-0047.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjblTe_tN1AXeWnAaveXdc6fNAhDcytBCJHjlSDvS6gzTw_Ro99tCpIIjzFjchWf_d3oQFx4fg_BX0jkEmhtX0vOpeZqRqMaATcpSZ-wT6vmdzYRhXtqnKaHvWlDrfc39zaT-gqYu6swJuv/s200/Foto-0047.jpg" width="150" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMFtU_U8kikQJWfUfthsF1lglKzfWsGbLWWuRbFJ108bBRuOjyqe9OhhtQ0I93Xw7iO9UM3dDP3ZQahAK2C_CjwoBMrFxbRiRI4xIrvMi6ZNGy8q5lKOThO50eUsxgUk1sqSe3NNGdCGET/s1600/Foto-0049.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMFtU_U8kikQJWfUfthsF1lglKzfWsGbLWWuRbFJ108bBRuOjyqe9OhhtQ0I93Xw7iO9UM3dDP3ZQahAK2C_CjwoBMrFxbRiRI4xIrvMi6ZNGy8q5lKOThO50eUsxgUk1sqSe3NNGdCGET/s200/Foto-0049.jpg" width="150" /></a><i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> ¿Nunca pasaste por la pérgola de la plaza
central, en Resistencia, los domingos en la noche? Allí, justo al borde de la
pérgola, el canto se alza hasta un cielo invisible en el que, seguramente,
todos los duendes de las leyendas indias y algunos ángeles medio traviesos
bailan, entreverados, contentos, como estos bailarines de Resistencia.</span></span></span></i><br />
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"><br /></span></span></span></i>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBPFgewXHVVP8tbTwRzvmCkQ2N_EgD0uh9pNAzq7KLqLFDiXVjwyfpedpoUKv3be6zfYaKRm9e7-kp6Zx6w1wnJdnudhKFz2Bx5RZ_3YfR8m7wPcq-Uf6gnZCIvCLf0TdFY5QGN9L1kzT4/s1600/Foto-0048.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBPFgewXHVVP8tbTwRzvmCkQ2N_EgD0uh9pNAzq7KLqLFDiXVjwyfpedpoUKv3be6zfYaKRm9e7-kp6Zx6w1wnJdnudhKFz2Bx5RZ_3YfR8m7wPcq-Uf6gnZCIvCLf0TdFY5QGN9L1kzT4/s200/Foto-0048.jpg" width="150" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQNCdXNvKSP4ZzZvpNZnOs-78-b856XPaG-DsNyGW0A7Ghn1FOZRfZH-Kvj7dzXFBBzb2L7BF1vgnFhGOrKJr9m2k0KJyfV1QiDxyKBJHSChfEZjg6-wxJjfRGkddF7DR5en8Ytd6-6eMb/s1600/Foto-0051.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQNCdXNvKSP4ZzZvpNZnOs-78-b856XPaG-DsNyGW0A7Ghn1FOZRfZH-Kvj7dzXFBBzb2L7BF1vgnFhGOrKJr9m2k0KJyfV1QiDxyKBJHSChfEZjg6-wxJjfRGkddF7DR5en8Ytd6-6eMb/s400/Foto-0051.jpg" width="300" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> <span style="font-size: xx-small;"> Fotos de Emanuel F.V.G.</span></span></span></i></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-size: small;"><span style="color: #38761d;"><span lang="ES"> -*-</span></span></span></i></div>
</div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-58650356483773336922014-10-31T14:57:00.004-07:002015-05-21T16:11:43.741-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Encontrarse en un libro</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Hay épocas de la vida en que estamos inermes ante los textos que leemos. Cuando decimos que un libro nos gusta, o defendemos sus méritos con argumentos teóricos referidos a su trama, la precisión de su ingeniería estructural, la belleza del lenguaje, la riqueza o tragedia de sus personajes, tal vez, falazmente, estamos valorando en esa obra lo que de nosotros mismos se manifiesta en ella.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Los especialistas en teorías (literarias, por ejemplo) se escandalizan ante la lectura impregnada de subjetividad, la lectura de identificación, la lectura que hace tiempo se llamaba ingenua.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Grandes carcajadas resuenan en nosotros cuando recordamos a cierto académico, que no merece ser nombrado, despotricando contra la lectura ingenua. Parecería que la única lectura válida debería haber sido, según él, aquella que se desliza del temblor, de la lágrima, la que se no alimenta del terror o el entusiasmo. La lectura académica propende al análisis, a la hipótesis circunscrita en un paradigma de reflexión e interpretación justificado por el saber canónico.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> A</i></span><i style="color: #38761d;">nchos bostezos nos han despertado (percibid vosotros el oxímoron) los saberes canónicos. aunque de ellos hemos alimentado espuriamente nuestra eléctrica e impredecible sensibilidad, la cual, como el cazador sediento de sangre tibia y palpitante que queda abandonado en una isla donde solo caen cocos de las frescas y altas palmeras, no muere de hambre pero estará siempre insatisfecho. (ïdem el hermoso vampiro que se abstiene de beber sangre de sus antaño prójimos, por razones humanas -oxímoron risible, puesto que él ya no es humano-).</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Así también aprendimos a beber la leche dulce y pegajosa de la reflexión teórica, sistemática y ordenada, cuando nuestro más profundo deseo estaba atravesado por el hambre de historias, de palabras, de tragedia y de dicha, solo concebible en los libros, en la obra literaria, en la poesía. Y aspirábamos a intoxicarnos con poesía y luego ya podíamos irnos por esas tierras sin más preocupación.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Pero gastamos una vida leyendo y haciendo leer a otros con moldes prefabricados, triste destino. Así ya no podemos pensar en la "María" de Jorge Isaac adobada en la salmuera de nuestras lágrimas, desde que los académicos superpusieron sobre el amor y el dolor, el esquema de hierro de la naturaleza como marco y metáfora de las pasiones. Tal vez por eso seguimos viendo a María con su vaporoso vestido bajo un arco florido, con el gesto de una Magdalena pura y virginal, enmarcada en las flores que tan bien custodiaban sus encantos. Esta escena, analizada hasta la náusea, nos convirtió a la ardorosa jovencita en una mojigata de estampita.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> A veces no fuimos obedientes. Nunca prestamos atención a aquellas clases en las que Alfredo intentaba disecar la estructura de "Cien años de soledad" en unos cuantos círculos de sentido mítico. Preferíamos, y defendimos, la belleza encontrada en la tibia caparazón de nuestra primera impresión: deslumbrado enamoramiento por la palabra, tejido con delicados y musicales hilos por aquel sacerdote de la maravilla. Y seguimos siendo felices con el libro magnífico.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> O meditando con alguno que llega como un emisario de buena voluntad con el vaso de agua áspera para acompañar estos ásperos días. Días estos de desarmarnos la vida para inventarnos otra. Días en que nos arrastra el impulso básico de la huida y el cambio. Días de rotos cántaros llenos de las reservas del vino curativo que los previsores guardan en el lugar más fresco y escondido de sus bodegas.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Pero nosotros, los desgarrados, vamos como Geofrey Firmin bajo el volcán, arrastrados por una sed que no es sed, por una pulsión más potente que la vida, a ver las visiones fugaces y reveladoras de nuestros fantasmas. queremos conocerlos a todos, antes de morir. Verlos de frente, verlos en su desnudez degradante o deslumbrante cuando el fragor del disparo, cuando la pedrada del fracaso, nos arroje por el borde del barranco en cuyo filo nos agitamos con conciencia.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Como Geofrey vamos hacia la última tarde, la última tormenta, la última noche ácida y quemante de esa verdad que no podremos, ni queremos, compartir. Para confirmarnoslo llegó a nosotros "Bajo el volcán" de Malcolm Lowry. Y no nos importa de esta novela su impecable estructura, los largos fluires de conciencia, los bien logrados raccontos, los detalles simbólicos que Oscar Taca revisaría meticuloso.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Lo que nos importa es cuanto nos dice</span></i><i><span style="color: #38761d;">"Bajo el volcán" de nuestra terrible e inevitable soledad y de nuestra fantasmagórica y desgarradora búsqueda, las cuales son, con mezcal o sin mezcal, las que llaman a los seres que no renuncian a perderse. Los que deciden vivir bajo el volcán.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0px; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1djteKuhQ95IDindF9wTSK_ZYJRQy9d-CWf_3e85TQI7BH5CFaJalrCeLaaQwwIsjTfLsa04ezTHrX6VsrqTYJ1rjFbNT67UiJVs9imBM1vVojiAe3LZ5NlFjBj_h2XXnqXV7a5tJlKNx/s1600/Nueva+imagen.bmp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1djteKuhQ95IDindF9wTSK_ZYJRQy9d-CWf_3e85TQI7BH5CFaJalrCeLaaQwwIsjTfLsa04ezTHrX6VsrqTYJ1rjFbNT67UiJVs9imBM1vVojiAe3LZ5NlFjBj_h2XXnqXV7a5tJlKNx/s1600/Nueva+imagen.bmp" style="cursor: move;" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> <span style="font-size: xx-small;">Malcolm Lowry -gracias wikipedia-</span></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><span style="font-size: xx-small;"> </span> -*-</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> </span></i></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-75987296186733703422014-10-08T07:42:00.001-07:002014-10-08T07:42:36.715-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">La literatura del borbotón</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Hay un tipo de escritor a los que podría llamárseles 'los del borbotón'. Eduardo Galeano, viejo amauta de ojos claros y boca amarga, es el prototipo de todos ellos y ha sido el enseñador de esas argucias literarias de la palabra regurgitada como una papilla, o torrentosa como la Garganta del Diablo del Iguazú. Lógico, como él nadie más. Pero herederos, sí que tiene.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> En estos melancólicos lugares donde el pasado nunca se va del todo hay alguno que otro con ese estilo exacerbado, acumulativo, la palabra, la frase, la metáfora, acumulándose una sobre otra como la arena cuando el camión la descarga desconsiderado, en un vuelco o en cucharonadas de pala ancha. No es fácil de leer para el que recién se inicia y menos es literatura para el perezoso o el de pocas luces: decenas de datos, puñados de anécdotas, cúmulos de juegos de lenguaje, en una sola página. Hay que animarse y aprender a leerlos y releerlos, porque de lo contrario queda solo un resumo medio ácido en la memoria y el corazón medio empañado de tristeza... y uno no sabe porqué. Con el tiempo sí ya se pueden sacar conclusiones.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> De los escritores de esta región caliente de desencanto, áspera de desencuentros y de plegarias mal respondidas, vamos a rescatar a uno que de andar nomás se nos volvió escritor. Porque muchas cosas ha sido, dicen este don Juan Manuel 'Carancho' Ramirez. Pero escritor se hizo un día en que seguramente lo tenían a mal traer los recuerdos.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Hijo de taninero, Juan Manuel, 'Caranchito' mientras la sombra del padre lo cobijó bajo su ala, creció por esos andurriales del Remedios de Escalada; seguramente tuvo una madre devota de la Santa Teresita, linda chica con un ramo de rosas entre los brazos, en un barrio donde las mejores flores deben haber sido con suerte las achiras y los malvones. Criollo morenazo de esbelta estampa heredó los atributos físicos del padre, famoso galán nocturno, predador de ajenos gallineros ( y estamos repitiendo, con el permiso de 'Carancho' hijo, lo que hemos oído de los relatos de otros tanineros), muchacho peronista y de ideas federales como lo ilustra el nombre del hijo, cuyo derrotero político hizo honor a las expectativas paternas.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> 'Carancho', el hijo, este Juan Manuel de quien hablamos, no desobedeció ni los sueños paternos ni el mandato social de que un pobre no puede ser otra cosa que peronista. Juan Manuel creció entre las cunetas del Escalada, las represas ladrilleras de la periferia sureste de la Villa y las dichosas y deslumbrantes expediciones de la infancia pobre del interior a los deslumbradores hoteles para niños que en los bordes del mar guardaba tutelar y bellísima, todopoderosa y magnánima, el hada Evita. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Esa experiencia fundante palpita a lo largo y a lo ancho de "La Tusca", el libro que escribió este viejo medio tosco, medio triste, que fue el diputado más joven de su generación y uno de los pocos sobrevivientes de las cárceles del Proceso en las que se gastó casi una década trasladado de una punta a la otra del país, según oí por ahí, como una de las tantas hazañas que puede seguir contando.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y lo ha hecho: aprovechó la sobrevida para seguir contando el cuento. "La Tusca" es un largo relato mítico, plagado de anécdotas, de episodios chiquitos, con cientos de personajes (ninguno inventado, podemos dar fe, porque con unos años menos los hemos conocido, de vista o de oídas, a todos). </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Sin embargo, no es la veracidad lo que hace que este libro sea magnífico. Poco puede servir este enrevesado relato sin principio ni fin como documento historiográfico. Este libro es un testimonio desnudo de un estilo de vida, de un puñado de sueños, del periplo existencial ignorado, ínfimo, de gentes anónimas y desechadas por el sistema, que viven, medran, son felices, sufren, trabajan, se pierden y se olvidan al ritmo del pulso natural de la vida. Humanidad, pura y desnuda.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Es el lenguaje. No es la historia, no es el personaje, no es la estructura. Es el borbotón. 'Caracncho', que ha perdido hasta parte del pellejo en la patriada, supo, por iluminación, ("La Tusca" es obra de inspiración, a veces alucinada) que tenía el tiempo justo para decir algo. Y lo dijo, atropelladamente, en una catarata de recuerdos, de creencias, de trucos literarios acerca de los que nunca estudió y que ni sabía que los estaba poniendo en juego. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Así encontramos a los árboles (el quebracho, la tusca) hablándole al hombre, contando historias, represntando una Historia, la de Villa Ángela, la del Chaco, la de Argentina. La historia de sangre y fuego, la historia de barro y ranas, la historia del pito de la fábrica de tanino y su llamado quejoso a la vigilia constante, al ojo avisor y atento.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> El libro tiene un prólogo firmado por Perla Altschuler y en la contratapa lo reseña Lucio Alvarado. Juan Manuel 'Carancho' Ramirez nos ilustra y nos retrata en "La Tusca -Memoria Patria Utopía-". Así, cuando uno de los personajes describe el sepelio con que los judios (Villa Ángela tuvo / tiene una rica historia de población judía) despiden a sus muertos, dice: "-Ellos, como esos patos viejos, gargantean nomás, callados, no hacen los quilombos que hacemos nosotros."</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Por sobre todo ello, lo mejor es el lenguaje. En "La Tusca" los villangelenses hablamos con el lenguaje olímpico de la poesía: "Que viva su vida. Será peronista si es agradecido. Vos... vos, tratá que estudie. Prestale mi radio, dale el 'Petromax'... que algún día te traiga el fruto del libro, pagando mis callos con sus pergaminos...(...) No te asustes, vieja,,, que, cuando descubran que el mundo es pequeño, tendrán que esquivar los rayos y truenos de cimbras mortales en cielos mezquinos. (...)Y seguirán cantando con las alas rotas o el cuerpo cautivo... porque el canto... vieja, dura más que el vuelo."</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Así es. Por ahí anda el hijo del 'Carancho', de borbotón en borbotón, medio caído de alas, pero igual que la tusca dando testimonio de 'no me morí'. Porque el canto, lo recordó a tiempo, dura más que el vuelo.</span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfx2wNVJGoQ0Rnq87OKNbMpCctUHRLmsyFAURDIUbI6SucpkbA7TNLEocouxHNt7kRtQ8Sp-2yppVl_dajxvRuYUL-5iwmFepmRArQke1zvstXpnKnhg06FkiO-I3CGVneBaUa671hBnoi/s1600/Acac.aroma+Tusca+d%5B1%5D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfx2wNVJGoQ0Rnq87OKNbMpCctUHRLmsyFAURDIUbI6SucpkbA7TNLEocouxHNt7kRtQ8Sp-2yppVl_dajxvRuYUL-5iwmFepmRArQke1zvstXpnKnhg06FkiO-I3CGVneBaUa671hBnoi/s1600/Acac.aroma+Tusca+d%5B1%5D.JPG" height="232" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i>Imagen tomada de http://arbolesdelchaco.blogspot.com.ar/2012/06/tusca.html</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><span style="font-size: xx-small;"> </span>-*-</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> </span></i></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-38793385991184306162014-08-31T10:10:00.001-07:002014-08-31T10:10:29.444-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> De batallas y reinicios </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> La vida siempre nos da vuelta del revés, nos deja a la intemperie, nos pone panza arriba, inermes, entregados, desnudos, a veces en carne viva, otras tan humillados y frágiles que es como volver a ser aquel feto expulsado a la luz y al aire de una antiquísima madrugada cuando tragar el primer chorro de oxígeno y despegar los párpados sin estrenar determinaron el inicio de todos los inicios. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> A los veinte años fue duro empezar la vida propia, sin la segura casa, la mesa patriarcal y su comida, el abrigo y la noche acunada por el cuidado de una familia grande dormida a nuestro alrededor y el perro, guardián y tierno, vigilando en la puerta. Tiempos eran en que las niñas todavía esperaban casarse para salir de casa y llegar al buen puerto del hogar en el que serían amas y señoras, dueñas de su cocina y su fregadero, organizadoras de la vida de un marido que vivía más afuera que dentro, eternas penélopes que habían aprendido a jugar y tejer, y a abrir la puerta, claro.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Pero el modelo estaba haciendo crisis. Y algunas de las mujeres que hace treinta años tenían veinte no encontraron el camino y como la caperucita de los cuentos se perdieron en el bosque por no tener en cuenta las recomendaciones de su mamá, se dejaron tentar por las flores del prado secreto y hallaron otros senderos, otras historias.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Algunas de esas historias estaban cargadas de incertidumbre. Y de resistencia. Y de rechazo. Eran historias en las que la muerte del pasado exigía un costo humano que treinta y tantos años después es difícil evaluar: que ganó y que perdió esa generación de mujeres cuyas vidas dibujaron otros andariveles, otras vías, otros senderos, otros prados de sueños y proyectos y otros eriales de fracaso y frustración diferentes del panorama preestablecido de sus madres y sus abuelas, es algo que por ahí anda la sociología intentando medir. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Mujeres libres pero solas, mujeres autoabastecidas pero antisociales, mujeres productivas (en lo económico, en lo cultural) pero ninguneadas, mujeres sin juventud de las que se espera una vejez corriente (con abuelazgo incluido), mujeres incansables pero intolerantes, mujeres que no parecían mujeres. Y no las equiparamos a travestis, ni lesbianas, ni transexuales. Mujeres que no se podían, ni aun se pueden, encansillar. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Cuando en la calle las muchachas hablan a gritos, se rien a carcajadas, piropean a los muchachos, mal contestan a los viejos, se visten con tiritas, compran y venden el cuerpo que quieren, les pagan por ser madres solteras, las apañan cuando siendo malas madres y pésimas parejas arruinan la vida de algún incauto, la justicia les da la razón aunque estén desquiciadas o enfermas, cuando vemos esta generación de mujeres nos replanteamos sobre las batallas mal ganadas.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> No es así como hubiéramos querido ganar la pulseada contra el machismo, contra el sexismo, contra la desigualdad necia que nos preparaba una casa cerrada, un patiecito con malvones y el lorito para tener con quien hablar. Si se nos hubiera mostrado este presente de chicas inconcientes y ombliguistas, tal vez habríamos sido más obedientes.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Aunque es bueno aclarar que no vivimos la vida que vivimos para cambiar nada: nos enfrentamos a los nacimientos de cada nueva etapa con la garra que un mundo exigente, bravío y rebelde adiestró en nosotras sin que siquiera lo supiéramos: como las amazonas de que habla la noticia, nos dejaron de la mano de dios solo porque habíamos contravenido un mandato social. Ese día abrimos ojos nuevos a un mundo bravamente inhóspito y respiramos un áspero y ardiente aire de exigencia y crueldad para el que no estábamos preparadas. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Nos hicimos libres, autosuficientes, secas y solitarias. Un tipo de mujer que sabe rehacerse en las más duras circunstancias, queremos creer, al menos. Batallas ganadas sin querer en pos de un mundo que es como es, pero al que no le vendría mal ser un poco mejor. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5LRkE1yQI3YVJIlhyX1PY3J82eLIMOP0K0Rllzy1t67A476IlEeupASqZIBE44AaeSjafr6qNaZ7oDHvqAk9Tu9FlWI79o1S4XKq3WCD1zKb-cvJiEsOIuOD46RjTialhv2bUHIGt4cl_/s1600/escanear0009.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5LRkE1yQI3YVJIlhyX1PY3J82eLIMOP0K0Rllzy1t67A476IlEeupASqZIBE44AaeSjafr6qNaZ7oDHvqAk9Tu9FlWI79o1S4XKq3WCD1zKb-cvJiEsOIuOD46RjTialhv2bUHIGt4cl_/s1600/escanear0009.jpg" height="320" width="246" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> -*-</span></i></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-80853366113712551762014-08-09T07:25:00.001-07:002014-08-09T07:25:16.410-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Los elefantes solo sonríen en los vídeos</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Dícese que en los años 60 (mítica década, solo comparable a los días de "había una vez"), el hombre llegó a la luna. En realidad solo dos hombres llegaron concretamente y se hizo universalmente famoso uno de ellos, por la sola razón de haber sido el primero en apoyar su pie sobre aquella polvorosa y, por lo que se sabe, estéril superficie. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Eran aquellos tiempos mucho menos desconfiados que los de ahora. Los humanos creíamos casi todo lo que la radio nos contaba y los que vieron el portentoso hecho por televisión solo confirmaban lo que ninguno de nosotros, que aún no conocíamos la capacidad de ficcionalización apocalíptica de Orson Wells, se habría atrevido a negar.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tiempos magníficos en que cuando el radioteatro representaba maldades varias contra la Princesa de Lorena y el León de Francia se jugaba la vida por protegerla, gauchos cosecheros desnudaban facones, frente al improvisado escenario del patio de la escuelita de campo donde se representaba el drama, en solidaria y corajuda ayuda al héroe.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tiempos en que no existían los efectos especiales y, si existían, no eran de dominio popular sus pelandrunas utilerías. Por eso en aquellos días todos habríamos aceptado que la sirena de las virales imágenes, medio viscosa ella pero sirena al fin, debía haber salido de los verdes y ondulantes fondos marinos y no del taller de una productora de cine, por ejemplo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Pero llegaron las dudas, los desmentidos, las historias versionadas y reversionadas en las que nadie sabe ya ni siquiera quién es su padre; como le sucede a la señora presidenta de este loco país, que debe andar por estos días espiando su abolengo y su estirpe en los retorcidos secretos de su adn, porque no faltó quién le desnudara lo que acaso ni ella misma sabía. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Del mismo modo en que se desmiente y se reelabora la realidad de ayer en la realidad de hoy, así como el paseo lunar de Amstrong es para algunos una hazaña fraguada y el padre de la presidente un avatar burgués, para muchos la epidemia del ébola es una creación de las farmacéuticas para comerciar algún fluido de su invención y el encuentro de Estela Carloto con un ignoto músico de pelo enrulado y canoso es una fantochada que ayudaría a no pensar en el default.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Mágico mundo de las pantallas en las que se superponen, se entrecruzan, se hibridizan, ficción y no ficción, el mundo de la comunicación global es decadente, insatisfactorio y vacío. Es este un universo de espectáculo infinito donde la realidad se trastrueca y en el que se difuminan las fronteras de lo que es, lo que sería, lo que podría ser, lo que debería ser y lo que deseamos que fuera.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Así parecería que el espectador occidental se regodeara en las inenarrables tragedias que está viviendo el planeta, en el continuo desangrarse de esta especie, que ya no necesitará un diluvio para reiniciarse, desde que ahoga todos sus odios y sus temores en la sangre de sus niños, en el dolor de los desposeídos, en la miseria de los sojuzgados. En tanto a este espectador universal solo le importa su pulsión de voyeur. Y con ella acredita su razón de existencia.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Este espectador no quiere saber si es verdadero lo que le cuentan, sabe de antemano de la falsabilidad posible de cualquier mensaje. Tampoco desea conocer algo que lo podría enriquecer o comprometer o conmover. Lo único que desea es ver, más que el relato quiere la imagen.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Una pequeña historia, perdida entre los miles de historias de la red, lo confirma: un elefante cautivo durante cincuenta años sonríe por primera vez. Y el espectador, exigente, defraudado, no se pregunta si un elefante puede sonreír (de lo que no dudamos), no quiere saber cómo sonríen los elefantes, no duda de la sonrisa del elefante (¡ya ni siquiera duda!). Su desencanto señala la ausencia de fotos, o de vídeos, que justifiquen su incompleta existencia frente al espectáculo soso de la felicidad.</i></span><br />
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvpKLnzWPenZoXdQhs9EfI_G1u8lSAWOnoRdJyRMw4kAR4HfBQdvNoQzB5jNSH8dcvuk35nn6e-M0_uOvd8hlSKZ_3GxUSYPmkA0X01gqSmDE-cOPMwwuyGjrU-K-S_eAkbhAdqzW6m83U/s1600/escanear0023.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvpKLnzWPenZoXdQhs9EfI_G1u8lSAWOnoRdJyRMw4kAR4HfBQdvNoQzB5jNSH8dcvuk35nn6e-M0_uOvd8hlSKZ_3GxUSYPmkA0X01gqSmDE-cOPMwwuyGjrU-K-S_eAkbhAdqzW6m83U/s1600/escanear0023.jpg" height="320" width="249" /></a></div>
<span style="color: #38761d;"><i> -*-</i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-75725859654889303132014-08-02T10:36:00.002-07:002014-08-02T10:36:38.020-07:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Frases escritas con sangre</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Hemos leído, seguramente, que en
este mundo de paradojas “todo cambia
para que nada cambie”. También es cierto que asistimos a un tiempo de saberes
comprimidos en frases más o menos ambiguas, pretenciosamente sintetizadoras de
supuestas ideas absolutas. Es, tal vez, una forma de discurso social y se pone
de manifiesto en cualquier soporte, las podemos leer en las revistas de
divulgación científica o filosófica como ejemplificación de la genialidad de creadores,
investigadores o pensadores. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Así hacemos un curso sobre el
pensamiento de Ortega y Gasset o las nociones ejes de la teoría lingüística de
Chomski en tres o cuatro frases, citadas fuera de cotexto y de contexto como si
fueran rozagantes frutos que se vuelcan generosos de la cornucopia de la sabiduría.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Frases críticas, contradictorias,
sosas, cursis o vacías, también hallamos en las redes sociales, engalanadas por
diseños gráficos mas o menos coloridos, más o menos lujosos, más o menos
acordes al sentido supuesto u orientado.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Las frases que circulan pierden
identidad, se empobrecen de sentido, se cargan de frivolidad y terminan por formar
parte del juego vacuo de la autoayuda. Pero, al igual que las siglas, son
constituyentes de los discursos circulantes en nuestra cultura, se han instalado como un hábito de síntesis, como un
rasgo discursivo de la liquidez de nuestro tiempo.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Las hay para todos los temas pero
son especialmente populares las frases que refieren al “amor”
(desagradablemente empalagosas, casi siempre), las que se orientan a las enseñanzas
de vida y reforzamiento de la autoestima (simplificadoras, enraizadas en el
resentimiento y el egocentrismo, la mayor de las veces), las que propenden a la
exaltación de valores y/o principios morales, estéticos, éticos, políticos,
sociales (en general desconectadas de toda reflexión organizada y coherente),
nociones fragmentarias, casi siempre mal citadas, incluso mal redactadas.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Todas las épocas han tenido
saberes aglutinados en pocas palabras, fáciles de recordar y útiles para ser
recuperadas en esas ocasiones que requieren de algún modelo de encuadre o
justificación dentro del panorama de la vida cotidiana. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> La moraleja de las culturas del
Asia menor, que los griegos tomaron para sí y que sintetizaban las ideas
esenciales de esa cosmovisión magnífica, preñada de desigualdades y crueldad a
favor del más fuerte, o el más poderoso. Ejemplo irrebatible “La fábula de la
cigarra y la hormiga” que tan bien representa el modelo acumulador de los
pueblos que se alimentaban del botín y del comercio.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Los versos moralizantes le fueron
muy provechosos al pensamiento del medioevo feudal para mantener un rígido
esquema donde todo estaba regulado, controlado, por la esperanza más allá de la
muerte y la resignación del acá esforzado e impiadoso. Don Juan Manuel lo desarrolló
magistralmente en los pareados que su conde hacía escribir como cierre de los
esclarecedores diálogos que mantenía con Patronio.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> El refrán popular, tan caro a
Sancho y que enervaba a Don Quijote, cuyas mentalidades diferentes estaban
signadas por la profunda huella que instala la cultura letrada frente a la
cultura ágrafa, tal como lo desarrolla Walter Ong en su sistematización de los
niveles de oralidad.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Frases cortas que aspiran a
decirlo todo. Tal vez no lo logran; pero se acercan mucho a un conato de
síntesis, al menos se ajustan al título de situaciones para las que no
encontramos explicaciones, cuestiones que quedan fuera de toda razón y
reflexión, cuestiones que después de un siglo, o de cinco siglos, o de quince
siglos, se plantean exactamente igual. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Es ahí que rescatamos esa frase
que alguien dijo refiriéndose a los cambios que instalan o intentan instalar
las revoluciones y que sin embargo no logran torcer la tendencia de la realidad
a repetirse y reconstruirse con sus principios permanentes. Así la
escalofriante distinción y separación que las ideas religiosas y/o políticas
fomentan entre los seres humanos vuelven sobre la humanidad su helada cola de
serpiente y su verdoso, mortal veneno, siempre letal, aunque pasen los siglos.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tal como ayer, los judíos, los
gitanos, los homosexuales, los aborígenes, los negros, todos los diferentes del
estereotipo, han sufrido el insulto, la persecución y el asesinato, así hoy…
sin análisis, sin piedad, sin una pizca de bondad, de humanismo. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Leemos en las redes sociales las
mismas crueles palabras referidas al agobiador conflicto en Gaza y sus
protagonistas, voluntarios o no, tal como leímos esas mismas palabras, esas
ideas de discriminación y exterminio, en los libros de historia o en los
testimonios de hechos sucedidos hace un siglo. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Insultos descarados, impunes de
toda equidad, degradantes de la condición del hombre como sujeto de
derecho, logro costoso para lo humanidad como ningún otro lo ha sido; insultos
reaccionarios que retrotraen al hombre a su condición más primitiva, nos ponen
de frente al humano terrorista, al humano inhumano, a la deshumanización que,
de por sí, tanta sangre/vida inocente le ha costado a esta tierra. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Ante la guerra, el llanto de las
víctimas, la crueldad infinita del humano, los intereses incomprensibles
escudados en creencias religiosas o posicionamientos políticos, ya no somos
capaces de tomar partido. Solo somos capaces de llorar con estas inútiles
palabras por el hombre que demuestra cada vez cuán incapaz es de redimirse.</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Hijos de este tiempo de palabras
vanas, nos quedamos con la frase: “todo cambia para que nada cambie”. Porque lo
que en verdad no cambia, lo comprobamos entristecidos, es el hombre. </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizN2wkMy_TS8LUg8lGAOgx-GZP8ZtR4V8TS1eWhGr_2oGwq1Ip6HaUgJFSTS5IiuxHhcsaKfEoDgqzOWhAMwjjXaMYSa89ZVfSAisld-ZJdzFoUzXNdNCociBNLg_jb4GtIUoqjMKfrWy7/s1600/Imagen+184.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizN2wkMy_TS8LUg8lGAOgx-GZP8ZtR4V8TS1eWhGr_2oGwq1Ip6HaUgJFSTS5IiuxHhcsaKfEoDgqzOWhAMwjjXaMYSa89ZVfSAisld-ZJdzFoUzXNdNCociBNLg_jb4GtIUoqjMKfrWy7/s1600/Imagen+184.jpg" height="320" width="240" /></a></i></span></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> <span style="font-size: xx-small;">Foto de Josi V. G.</span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> </i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> -*-</i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-80483009019725234132014-08-01T05:23:00.002-07:002014-08-01T05:35:38.376-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">Recordamos al hombre de la imprenta </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos un renault amarillo, sencillo, barato, eficiente. Una ruta de tierra y el monte ingrato del Chaco sobreexplotado, con su polvo irrenunciable y sus espinas. Un hombre, bajo, robusto, silencioso, calmo, manejando trecientos kilómetros concentrado y tranquilo. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En ese mismo renault amarillo nos llevó con su familia a sumarnos a la caravana celebratoria del mundial del 78, experiencia ingrata porque en la Avenida 9 de julio un grupo de indignados por los abusos de la Junta Militar casi da vuelta el autito con todos sus ocupantes dentro. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos el olor a tinta de su imprenta y el asombro del mecanismo deslumbrante de los moldes de plomo que organizaban la maravilla del texto impreso en un orden preciso, laborioso. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En esa misma imprenta ensayamos una mediocre colaboración ordenando boleteros, trabajo generosamente pagado, a veces inmerecidamente pagado. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos la vieja casa de estilo casi colonial, una columna de madera en el centro del salón comedor. Íbamos y veníamos alrededor de esa columna, sin mirarla, olvidándola a veces, pero sabíamos, aunque fuera intuitivamente que esa columna sostenía las vigas protectoras del techo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos así su condición de padre, con esa manera de los padres de entonces, pocas palabras, el estar condescendiente y protector, la firmeza, la constancia, un hacer de columna: el rol del que sostiene.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos una lámina dibujada por Hermosilla Spak y la figurita del imprentero, redondeada, con una camisa amarilla de tela vasta, prolijamente ceñida a la cintura ya nada juvenil y el bigote cerrado, que empezaba a encanecer sobre la boca amable. ¿Donde habrá quedado aquella obra del César Hermosilla después de tantas mudanzas y cambios vividos por la familia del hombre de la imprenta?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos, cuando le daba por la charla, relatos de leyenda; por él tuvimos noticias cercanas de Mario Nestoroff, con quién había trabajado en Villa Ángela haciendo algún tipo de publicación: una revista, un periódico, algo así. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Recordamos entonces que le gustaba mucho la poesía. Por él conocimos a Almafuerte, él nos prestó un libro del gran poeta romántico, libro que nunca devolvimos y que aun está en nuestra biblioteca. Libro inspirador con sus siete sonetos medicinales que ojalá alguien se los lea hoy, en estas horas bravas que la vida le pone por delante, don Eduardo López, padrazo, ciudadano decente, trabajador, generoso, hombre bueno, que no es poco decir. Y del que aprendimos aquello:</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> </i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i> ¡Avanti! <br /><br />Si te postran diez veces te levantas <br />Otras diez, otras cien, otras quinientas... <br />No han de ser tus caídas tan violentas <br />Ni tampoco, por ley, han de ser tantas. <br /></i></span><br />
<span style="color: #38761d;"><i>Con el hambre genial con que las plantas <br />Asimilan el humus avarientas, </i></span><br />
<span style="color: #38761d;"><i>Deglutiendo el rencor de las afrentas <br />Se formaron los santos y las santas. <br /></i></span><br />
<span style="color: #38761d;"><i>Obsesión casi asnal, para ser fuerte, <br />Nada más necesita la criatura, <br />Y en cualquier infeliz se me figura <br />Que se rompen las garras de la suerte... <br /><br />¡Todos los incurables tienen cura </i></span><br /><span style="color: #38761d;"><i>Cinco segundos antes de la muerte!</i></span></div>
<span style="color: #38761d; font-family: Times New Roman, Times, serif; font-size: small;"><i>
</i></span>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-family: Times New Roman, Times, serif; font-size: small;"><i> Almafuerte </i></span></div>
<span style="color: #38761d; font-family: Times New Roman, Times, serif; font-size: small;"><i>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
-*-</div>
</i></span>Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-67991825822835356362014-07-27T06:40:00.001-07:002014-07-27T06:45:23.652-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">Mala noche y parir hembra</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> La mirada polarizada es un eje conceptual constitutivo del paradigma de occidente. Ayer fue Grecia y los bárbaros, creyentes y gentiles, Roma y el mundo, cristianos y judíos, cristianos o herejes, blancos o negros, occidente u oriente, metrópoli o colonia. Un día se habló del norte y el sur, el este y el oeste, capitalismo o comunismo. La lista es inacabable. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Todas las polarizaciones imaginables tienen su lugar en ese modelo de nociones opuestas que acaso nació en la medialuna fértil con aquellos dioses de la luz y la sombra, la noche y el día, el bien y el mal: Mazda y Arimán. En realidad la historia de estos hermanos mitológicos es compleja, contradictoria y penosa, porque parte de la elección paterna que decide elegir a uno de ellos por sobre el otro para considerarlo primogénito y por ende meritorio de los derechos y prerrogativas por sobre todas las cosas. Desde el momento del nacimiento de Mazda, luego Ormuz, la existencia toda quedó partida en dos, como la relación de estos hermanos que se llevaron con su destino desde la luz hasta los olores: Ormuz será la luz y el aroma en tanto Arimán será la oscuridad y el hedor.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Estos pueblos semitas son nuestros verdaderos padres, con sus luchas terribles y escandalosas que aún perduran, con su poder para las ideas y la resistencia, con su capacidad para mirar el cielo y descubrir ese orden inconmensurable y perenne que rige nuestro rodar infinito en el espacio. Los griegos fueron a buscarlos, los pelearon cara a cara y luego se sentaron a conversar entre ellos durante cinco siglos acerca de los saberes asombrosos que se guardaban en las severas bibliotecas del cercano oriente, entre arenas de desierto y montañas de oro conquistado.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y los griegos, pueblo venido de la luz, cambiaron su modelo pastoril y matriarcal por el modelo heroico, guerrero y machista de estos semitas perfumados y calientes que guardaban sus mujeres en cajas lujosas para el uso o el olvido, según sus caprichos. Ulises y Edipo lo ilustran de maravillas. Antígona luchando por hacerse oír y recuperar valores esenciales de pudor y ternura, es acaso el ejemplo más ilustrativo de los discursos que se habían subsumido con el nuevo paradigma y que habían dejado de tener sentido frente al severo modelo de autoridad varonil.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Había llegado a ese pueblo de cabeza tan abierta y tan innovadora una noción extraña: la noción de dominación. Treinta siglos han rodado sobre las aguas del Egeo que vieron aquella mañana desangrarse una niña sobre la piedra ritual para que un ejército saliera a atrapar una mujer evadida. No importa la explicación geopolítica de aquella guerra repugnante donde muchos principios fueron pisoteados para que otros se impusieran. Es mucho más rico el mito con su sentido implícito, con su simbología: un mundo, una manera de vivir y pensar sucumbió con el incendio más monumental de la historia, ese que aún hecha sus flamas sobre occidente. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Desde entonces, la idea oriental de la mujer objeto disfrazada con términos como pudor, decencia, honor, obediencia, respeto, impregnó el mundo occidental y llegó a América con la conquista. La mujer como segundona, el segundo sexo, el segundo cuerpo, el cerebro de menor peso. Frued, Lacan y las leyes para justificar esa segundidad.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> ¿A quién le importa esa segundidad cuando una mujer ha sido capaz de no tenerla en cuenta, de desconocerla y vivir y crecer y envejecer como persona, al margen de su propia biología o con ella y todo? Importa sí, cuando no se logra hacer oídos sordos a las tantas mujeres que levantan sus genitales como un arma mortal de oscuridad y hedor y los exhiben impúdicas dueñas del viejo poder químico y salaz que podía, y puede, doblar cervices de reyes y de reinos. O de empresarios y capitales, hoy día.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Mujeres que se dejan exhibir en programas televisivos, en pasarelas, en las avenidas desoladas de las locas ciudades, en las redes sociales, en cualquier esquina, ofreciendo en mercancía la mera madeja de su cuerpo como el bien absoluto. Entonces, treinta siglos de yugo se afianzan y baten carcajadas cadavéricas sobre esas nalgas expuestas cuando el conductor de televisión las termina de desnudar en público, cuando el otro conductor de televisión les dice "zorra" con toda impunidad y el insulto se replica en los medios como un eco interminable, cuando el más tosco de los hombres (dicen que sutil futbolista) hace encarcelar a una muchacha por oscuros motivos insondables (tal vez).</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Esto es solo una pizca invisible de lo que pasa en el mundo con las hembras de la especie, con sus congéneres que no aprendieron a jugar un rol digno en pro de sus derechos y los de sus hijas. Esto es occidente: un modelo de convivencia donde el principio del dominio sobre el otro no ha cambiado en treinta siglos y cuando algo se modifica es solo para invertir los roles. Este es el occidente que pretende dar cátedra en aquellos lugares donde las hogueras esplenden intentando destruir un universo para instalar el del vencedor. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Occidente olvida que la sangre de Ifigenia nutre soterrada e inocente su destino de siglos y que la carne de Helena aun impregna con su aroma las hogueras del mundo. Occidente debería rescatar el sentido de esa sangre que todavía pulsa en su raíz ideológica por salir a la vida y no debería volver a los pies de las altas murallas de Ilión. Ilión no necesita a Occidente y toda vez que Occidente intervino Ilión ardió. Que lo digan sino Palestina e Israel con sus niños llorando de terror entre las piedras en llamas. Y que Occidente pueda desmentir que no ha tenido gran responsabilidad en el artificioso esquema creado que hoy estalla en pedazos.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5qGjoL52GxOUEQhAfOXrd0ZMq_23Nnf2YWlUvv1sOaZlyR2cSFn80SkS5rJU-Bmaoge-R-w7KOJgZTHtwaDeiaPKnYo0YhAoqf1Ud0YvMksadU1m0UtAfsUovZ7LJkZK1mSPE_WksJdNp/s1600/1395307.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5qGjoL52GxOUEQhAfOXrd0ZMq_23Nnf2YWlUvv1sOaZlyR2cSFn80SkS5rJU-Bmaoge-R-w7KOJgZTHtwaDeiaPKnYo0YhAoqf1Ud0YvMksadU1m0UtAfsUovZ7LJkZK1mSPE_WksJdNp/s1600/1395307.jpg" height="236" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"><i>http://www.rpp.com.pe/</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>-*-</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-21403175958297205452014-07-19T22:46:00.001-07:002014-07-19T22:48:11.029-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Porque a sufrir has venido</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Buenos días, tristeza; así recibía una jovencísima burguesita su propia llegada a la adultez en la reconocida novela de Françoise Sagan. Tiene hilo para cortar y tejer esto de la tristeza y el llanto. Los que escribimos generalmente lo hacemos con mayor soltura y mejor estro cuando se trata de temas amargos. No se escribe porque se sea feliz sino para buscar al menos el gajo transparente y neblinoso que remeda el velo delicado de la milagrosa, mágica, reina Mab.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> El dolor, la pena, el sentimiento trágico de la vida, la tristeza secular del indio conquistado y subyugado, el pathos ineludible del predestinado griego, el padecimiento del mártir, la exacerbación de la culpa que pide castigo de los místicos, y tantas otras formas de padecer que el hombre ensalza en su continuo derrotero hacia la playa melancólica y sola del sufrimiento.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y en ese sufrir se confunden razones y motivos. Desde los pueriles dolores de la adolescencia que desgarra sus velos juveniles en melopea de llanto por el primer amor igual que por un mechón de pelo mal rizado o una prenda de vestir que acentúa el ridículo del cuerpo desarmónico y tosco; hasta el dolor desgarrador del primer muerto amado que cava en cada vida el hoyo oscuro y hosco de la finitud inevitable. Dolores tan disimiles y tan vívidos, tan humanos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Pero la adolescencia es una escuela para la vida. Es entendible que se ejercite en ella la sensibilidad y sus meandros, los vericuetos alocados o complejos de la existencia. Otra reflexión merece la vida con sus azares y sus certezas, si es que alguna nos da, cuando ya ella nos ha galardonado con sus diplomas más exigentes y sus medallas más broncíneas.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Ganadores, perdedores, luchadores del phatos personal de cada uno, aprendimos que el amor tiene mil caras, que la risa puede ser una máscara cruel y tensa, que las lágrimas son muchas veces solo agua con algunas sales, que es posible medir el alcance de cada dificultad y cada derrota y que nos hemos vuelto dueños y señores de nuestras tristezas. Y descubrimos cuanto más valioso es recapitular sobre los detritos de las pérdidas y aprovechar como insumo los fracasos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Para algunas personas, para ciertos pueblos, la vida es una sumatoria de caídas. Habría que ver de dónde se alimenta su retahila de dificultades, su rosario de angustias, su encadenamiento de derrotas. Aunque, como creían los griegos, tal vez todo está escrito y el hombre solo lo lee a medida que vive, hace presente y existencia lo que la moira ya estableció para él. Por eso debe ser que el inundado vuelve a su tapera desolada, carcomida, arrasada por las barrosas corrientes, cuando viene la bajante. Y vuelve a criar sus gallinas, y sus perros, y sus niños, en un reinicio inescrutable de ciclo, porque la vida sigue, porque para sufrir estamos en este mundo. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Entonces debe tener sentido que todo un pueblo llore por una copa, que ni siquiera es copa sino apenas un ícono burdo de los sueños y pasiones de la vaciedad, mientras en el norte miles de niños, miles de hombres y mujeres con sus perros, sus caballitos y sus cabritas mustias, rescatan lo mínimo de sus mínimas existencias en pobres canoítas, por sobre el lomo marrón y enloquecido de los padres ríos que alguna venganza terrible se están cobrando.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y van casi solos, con las hilachas de su destino mojado y frío; porque mientras tanto sus hermanos, o al menos sus conciudadanos, andan llorando por las plazas la pena caliente y luminosa que se transmite por las pantallas del mundo.</i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf08y2SkuJ7U5huO7j_4QhviRBon08uEuJh5MNzB3tDwQdsjosXORnVWu7jQERLolgfAypE8PcAutMo_dxEWxjI8Bhxq37rmj_nlzInxxpHGHatSKucerZsu-cd8wmbFWuFAg-zp6tr9qc/s1600/FFE.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #38761d;"><i><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf08y2SkuJ7U5huO7j_4QhviRBon08uEuJh5MNzB3tDwQdsjosXORnVWu7jQERLolgfAypE8PcAutMo_dxEWxjI8Bhxq37rmj_nlzInxxpHGHatSKucerZsu-cd8wmbFWuFAg-zp6tr9qc/s1600/FFE.jpg" height="240" width="320" /></i></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizqUHxUS5qWlGNXmb_xoictztHbBQDg4v9avtQMMNGGv7Ts5kp4IJZwAWy2u530U0GAYlZQzkXRi3wWIsSG5YFtTURDHkn4jsuzIYa0li1xpzYbW0VjP6GmXqF9QTaOmyrPHptDqElFthT/s1600/1405308492001-452117000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><span style="color: #38761d;"><i><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizqUHxUS5qWlGNXmb_xoictztHbBQDg4v9avtQMMNGGv7Ts5kp4IJZwAWy2u530U0GAYlZQzkXRi3wWIsSG5YFtTURDHkn4jsuzIYa0li1xpzYbW0VjP6GmXqF9QTaOmyrPHptDqElFthT/s1600/1405308492001-452117000.jpg" height="240" width="320" /></i></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><span style="font-size: xx-small; text-align: justify;"> Las imágenes son de: www.TerritotioDigital.com</span><span style="font-size: xx-small; text-align: justify;"> y de: Getty Images </span></i></span><span style="text-align: justify;"><span style="color: #38761d;"><i> </i></span> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-2461349856748258012014-06-26T09:30:00.000-07:002014-06-26T09:33:49.265-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>A ella la llamaron La Hermosa</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Una lejana isla, descubierta por los portugueses para el mundo occidental, recibió el nombre de Ilha Formosa, allá por el siglo XVI. La desafortunada isla padeció lo que las bellas padecen: el deseo de conquista de todos los que la avistaron contribuyó a ser sojuzgada sucesivamente por españoles, holandeses, japoneses y chinos. Su nombre de origen seguramente figura en alguna capa de los superpuestos relatos de dominación, guerras, politiquerías, burocracias y militarizaciones que padeció. Hoy se llama Taiwán, para nosotros y aparentemente está bajo la férula de China. Su larga historia tal vez en nada se parecerá a la de otra Formosa que tenemos por aquí en las cercanías.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En aquellos años del siglo citado subían río Paraguay arriba algunos navegantes, exploradores, conquistadores, españoles y en su codiciosa mirada hambrienta de riquezas, preñada de ansias de posesión, se recortó, distinta, verde, lujuriosa, una curva del río con su punta de tierra implosionada de verde. Estos hombres eran aventureros, impulsivos y acaso valientes, pero no tenían demasiada originalidad, así que llamaron Formosa a la punta de tierra que los tentaba con sus promesas de calladas y jugosas mujeres desnudas, con los frutos pegajosos de almíbar, aroma y tersura mojada, palpitante incitación al goce y la conquista.Y la conquistaron.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Formosa sigue llamándose con aquel nombre repetido y copiado de otras aventuras y otros paisajes. Es hoy una provincia argentina y hace honor a su nombre. Pero es, también, el feudo de unos pocos políticos que han sido denunciados continuamente desde hace veinte años por sus interminables violaciones a los derechos humanos, por su insaciable pulsión de riquezas, por su descarada crueldad, por su inaudita impunidad, por su impúdica exhibición de poder.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Como toda América, Formosa ha padecido la conquista a sangre, fuego y despojo. Derramamiento de sangre que no termina, fuego que nunca deja de destruir, despojo que sigue macerando miseria y degradación. Formosa es mundo aparte en este país de provincias feudales, es una zona liberada para la injusticia y la persecución de sus originarios, es camino de contrabando y narcotráfico, es una herida agusanada que nadie desea desinfestar ni desinfectar porque los intereses de los pocos sostienen las ventajas de unos cuantos y porque el modelo áfrica está enquistado en América Latina. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Las voces de estos indios corajudos y oscuros no se escuchan demasiado lejos. Ellos gruñen, selváticos, resistentes, explotados como el primer día de la conquista (cinco siglos igual cantan los juglares de acá) y a veces aúllan a la luna, pálida madre sufriente que solo puede suavizar el brillo repulsivo de las necrosis de la injusticia. Asesinatos y expedientes se acumulan en el monte y en los juzgados de Formosa. Reclamos y protestas son acallados y reprimidos con violencia, pero aún más con el infinito, brumoso silencio, que rodea estas duras historias así como el mar rodea a Taiwán, en las antípodas, aquella ilha formosa que le diera a esta selva el nombre de su fatalidad. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiGKpKFy2FdACeR51KxPZbgHdHk-O_1Pl_j_lclIs8nH5ctBP9c8CcU53aCI8C3DxfDiurK4GW2l7ZWVtYYDvNzQ90Jpzys2h8qbIYylK2vmVRki-HUv2ixAJ9z4m7PKsfzf37OK2SI50m/s1600/1002312_603915709652934_689057666_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiGKpKFy2FdACeR51KxPZbgHdHk-O_1Pl_j_lclIs8nH5ctBP9c8CcU53aCI8C3DxfDiurK4GW2l7ZWVtYYDvNzQ90Jpzys2h8qbIYylK2vmVRki-HUv2ixAJ9z4m7PKsfzf37OK2SI50m/s1600/1002312_603915709652934_689057666_n.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> <span style="font-size: x-small;">Imagen tomada de http://pocnolec.blogspot.com.ar/ </span></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div>
<span style="color: #38761d;"><i>http://pocnolec.blogspot.com.ar/2014/06/felix-diaz-y-la-comunidad-qom-de.html</i></span></div>
<div>
<span style="color: #38761d;"><i>http://pocnolec.blogspot.com.ar/2014/06/atentado-contra-agustin-santillan.html</i></span></div>
<div>
<span style="color: #38761d;"><i>http://pocnolec.blogspot.com.ar/2014/06/reclamos-represion-y-cortes-de-ruta-en.html</i></span></div>
<div>
<span style="color: #38761d;"><i>http://pocnolec.blogspot.com.ar/2014/06/repudio-del-serpaj.html</i></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-66619692515524262132014-06-01T21:09:00.001-07:002014-06-01T21:30:17.889-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>El viento quisiera ser</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y un día nos volvimos a enamorar. Como siempre sucede el amor llegó sin avisar, cuando menos se lo esperaba, como una flecha invisible y extraviada que sin buscar donde caer, cayó en ese lampo estéril de nuestro corazón vacío, de esta vida azorada y quieta, de este larga madrugada opaca, seca de sueños.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tantos amores idos, tantas caras bellas o no, jóvenes o no, reales o ficticias. Medio siglo es un largo tiempo: para quien busca o no busca. Porque aun cuando se ha tomado distancia de las crueles pasiones y su ácida quemadura, aun cuando se ha desechado el ideal de la ternura cálida de la compaña cortesana y gentil, aun cuando se haya aceptado el trueque de la sana amistad sin riesgos, aun cuando la soledad se ha convertido en nuestra hermana más comprensiva y paciente, aun con todo ello, como decía Silvina Ocampo, "siempre volvemos a enamorarnos de los seres hermosos".</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Buscábamos por esos días noticias de Federico. Sus últimas terribles horas, su último poema, su último amorío. Y así encontramos musicalizados "Los sonetos del amor oscuro". Los cantaba una voz como un manantial. Esa voz venía desde una raíz <span style="text-align: center;">fragante, tersa y luminosa y florecía en el aire, raiz y flor al mismo tiempo. Volvía a vivir Federico, en esa voz. </span></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Así que como un animal sediento que entre las zarzas huele las flores frescas que crecen más allá del espinoso muro, más allá de las piedras grises, más allá del sombrío borde de la noche y de la muerte, en el agua trasparente y musical que fluye, eternamente serena, a pesar de la cercanía con lo áspero y lo cruel y lo innominado, como un animalito solitario perseguimos la estela sedosa de esa voz y llegamos a la orilla florecida, al manantial absoluto.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y muchos días vivimos en esa suave pendiente donde sobre doradas o azules piedras pasaba, diciendo lo nunca oído, aquella agua luminosa. Tal vez los que imaginaron el paraíso atisbaron una voz así y un inagotable y delicado encaje de palabras enredadas, engarzadas, entretejidas entre las notas de una guitarra o bajo la filigrana de la música de un piano, de un violín. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Así como los marineros atrapados por la magia de sus gargantas se dejaban arrastrar por las sirenas a ocultas, inaccesible y mortales playas, así nos dejamos llevar a ese universo en el que siempre había un pétalo blanco flotando sobre un centrífugo expandir de ondas mojadas y murmurantes. Un universo dentro del cual la poesía se impregnaba de dimensiones líricas inesperadas, donde el dolor y la ansiedad de la vida no eran tan terribles como era de amable la nostalgia por la belleza indecible, vívida, esplendorosa de esas canciones.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Con él conocimos a otras gentes, algún su amigo, alguna de sus damas. Tuvimos que aceptar que habíamos llegado a ese territorio demasiado tarde para reclamar exclusividad. Teníamos sin embargo para compartir la poesía sangrienta y florecida de Federico y aceptamos el almibarado romanticismo localista de Rosalía, su gran amor. Es decir, lo aceptamos también con algún detalle menor que no nos hacía tan felices. Su origen galaico era parte de su encanto, le daba ese tinte delicado de juglar, la tonalidad ambarina en la voz, la quietud pícara de los ojos, la gracia de las manos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> A veces volvemos a él por las sendas secretas de las redes sociales y lo espiamos un poquito, para saber dónde anda, que canciones nuevas ha soltado a los vientos. Y recuperamos aquel deslumbramiento. El mismo que nos desgarrara el corazón cuando nos cantara una fría madrugada con su voz de filomena y amapolas: </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><span style="background-color: white; text-align: -webkit-center;"> </span><span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;">Tengo en el pecho una jaula,</span><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> </span></span></i></span></div>
<span style="color: #38761d; font-family: inherit;"><i><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> en la jaula dentro un pájaro, </span><br style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;" /><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> el pájaro lleva dentro del pecho </span><br style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;" /><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> un niño cantando </span><br style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;" /><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> en una jaula </span><br style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;" /><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"> lo que yo canto. </span></i></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d; font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"><i> Y nos enamoramos un ratito otra vez, el tiempo suficiente para decirle cuán magnífico es su canto, su canto maravilloso señor Amancio Prada, usted que lleva en el pecho una jaula con nuestro mínimo y silencioso corazón. Eso que Usted cree que es un pájaro.</i></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 20px; text-align: -webkit-center;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Kt-lt_jI5zhziTWer1Ywe1oEsW2dqEA8Ahi1Np1TDUFiCIvSOQ3IuxwEBmVNJsyJ6PCwq663HO32d8PqhjwwwQuv26DJ0qOg3nwocFt55uTTBFvSTTK00YvfMuB_6hyTr9tdGUU3U08e/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Kt-lt_jI5zhziTWer1Ywe1oEsW2dqEA8Ahi1Np1TDUFiCIvSOQ3IuxwEBmVNJsyJ6PCwq663HO32d8PqhjwwwQuv26DJ0qOg3nwocFt55uTTBFvSTTK00YvfMuB_6hyTr9tdGUU3U08e/s1600/images.jpg" height="222" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/PihnnuQFTyc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzFm5ANKr6gSEla_9JLpJ9tJ8T_Eiz0YxWDrpx6EkXucmJ9V6lhvfNBw1fCIZ96iZ8tKBnQDLsRO5izapZcZvyHpqsuwmBUo0aARenh6y_s4wWnmaEUc6T8pOSBldOvEx9xnBvwnorujiZ/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzFm5ANKr6gSEla_9JLpJ9tJ8T_Eiz0YxWDrpx6EkXucmJ9V6lhvfNBw1fCIZ96iZ8tKBnQDLsRO5izapZcZvyHpqsuwmBUo0aARenh6y_s4wWnmaEUc6T8pOSBldOvEx9xnBvwnorujiZ/s1600/descarga.jpg" height="214" width="320" /></a><br />
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-74696753122352803932014-05-24T07:30:00.003-07:002014-05-24T07:33:28.761-07:00<div style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-large;"><i>¡Feliz cumpleaños Villa Ángela! </i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-large;"><i>Te dejo esta mirada sobre un lugar de mis lejanos años. No importa si nadie lo reconoce, estas son cuestiones entre vos y yo.</i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhBzJQmZQUaahPE4ioKyC3PoZSvq9N4VjJF-DkSoclKVo3GOokz5ahIw0lh2qfN-RHvurCJyx9ccnjgAxjAx5m1xLm5DnyOXIl0erTvHY2UWeMoGyPYGZ-Aao1oCaDCe8vWqcueHFRZEwP/s1600/1526113_192431024285207_1597163561_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhBzJQmZQUaahPE4ioKyC3PoZSvq9N4VjJF-DkSoclKVo3GOokz5ahIw0lh2qfN-RHvurCJyx9ccnjgAxjAx5m1xLm5DnyOXIl0erTvHY2UWeMoGyPYGZ-Aao1oCaDCe8vWqcueHFRZEwP/s1600/1526113_192431024285207_1597163561_n.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><i>Foto de Emanuel F. V. G. La Avenida del trabajo en su triplicación: la derecha va al cementerio hebreo, la diagonal va a La Suiza, la izquierda al portón principal de las represas de la fábrica de tanino. En el centro de la imagen la quinta de don Alfonso Castillo.</i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #990000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-large;"><i><br /></i></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-75111266416771193422014-05-18T13:05:00.001-07:002014-07-22T15:58:36.161-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Cambiar de vida... cambiar el mundo</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Cuentan que un día de sus días Paul Gauguin se marchó lejos a pintar cuadros. Después de vivir una acomodada existencia el agente de cambio eligió un estilo de vida marcado por la bohemia del arte y la pobreza. Esa parece ser la historia. El hombre cambió de vida: hoy un señor de traje, que fuma puros y porta un maletín lleno de documentos que representan una montaña de dinero, mañana un gañán despeinado y piojoso cuyos manchones de luz y de color dejan bizcos a los marchantes de arte. ¿Habrá sido tan así?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Picados de curiosidad leemos versiones de la biografía (breves) de este hombre que fuera amigo de Van Gogh y que vivió vidas diferentes en diferentes épocas. Y ahí está el equívoco y la simplificación. El pobre de Paul se hizo hilachas luchando contra la fuerza de la marea de un modelo de vida que tenía parámetros y andariveles preestablecidos, seguros y casi inamovibles. Había nacido con su circunstancia y él decidió cambiarla. En el desgastante camino dejó todo, en primer lugar la seguridad de un estilo de vida ya configurado desde antes él nacer. Y con ello el resguardo de una familia, hijos y nietos para los cuales sería el paters familii, una vejez de las llamadas honorable y una muerte anónima, serena y rodeada de consuelo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Dejar aquello no fue fácil, ni fue de un día para otro. Es patente que intentó conciliar el rugido de sus impulsos artísticos con la vida burguesa pero que no lo logró. Incluso después de iniciar su quehacer pictórico algún pariente le consiguió trabajo en América y regresó varias veces a Europa y según se desprende de su correspondencia siguió en contacto con la madre de sus hijos. El cambio de destino fue más que nada para Gauguin un esfuerzo de autodestrucción y una inmersión en un universo que le era totalmente desconocido y para el cual no tenía herramientas emocionales ni simbólicas que le facilitaran la inserción.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Sus sinnúmeras dificultades no lo hicieron regresar al antiguo estilo de vida y compensó la experiencia extrema de desamparo, pobreza y enfermedad con una obra maravillosa, que nos golpea aún hoy con la fuerza de su pulsión de vida, con la mansedumbre y desnudez de lo primitivo, con el fragor de lo salvaje. Porque con su pintura, Gauguin construyó un nuevo universo simbólico con el cual no solo reemplazó el de su clase de origen sino que sobre todo superó las limitaciones del sistema de creencias y valores de la burguesía capitalista de su tiempo. Y lo hizo solo, apenas acompañado por la empatía de algún marchante, que no habrá dejado de aprovecharse de su talento, y la identificación en sueños comunes que compartió con gente tan difícil y compleja como su amigo Vincent Van Gogh. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En el cambio, que no fue sencillo ni inmediato, Paul Gauguin se fue quitando pieles y quedando en carne viva, hasta llegar a ser solo el meollo dolorido de un hombre. Pero seguramente, si le hubiera sido dada una segunda oportunidad, lo habría vuelto a hacer igual. Eligió ser otro, y lo fue; hacer otra cosa, y lo hizo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Seguramente pocos pueden hacerlo. Cambiar de vida, marcharse, cerrar la puerta, quemar las naves, nunca mirar atrás: ¿cuántos hombres lo consiguen? Muy pocos. ¿Cuántos pueblos lo logran? Todavía menos. Y menos aún si no hay entre sus hombres alguno, o algunos, que se propongan esas miras y luchen por ellas con bondad, desinterés y vocación trascendente.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Es evidentemente, demasiado difícil cambiar, volverse otro, alguien desnudo y potente, alguien capaz de desgarrarse de pies a cabeza para nacer de nuevo y hacer con lo que hicieron con uno un nuevo alguien. Y nos preguntamos, azorados, asqueados y solos frente a la multitud de las estrellas, cuándo lo hará, o lo intentará, el hombre como tal. No un hombre. El hombre total. No un Paul, tenaz y desprendido hasta de sí mismo, sino el colectivo infinito de negras criaturas atosigadas de miedo, de egoísmo, de crueldad, de conservadurismo y conformismo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Porque un día Paul se tomó en serio su sueño, el secreto sueño que nos corroe por las noches, oculto, soterrado, inexpresado. Después vino la vida de verdad. Esa de la que no sabemos si mañana tendrá sobre la mesa la hogaza de pan fresco.O tal vez ni siquiera tenga mesa con sus cuatro patas firmes de seguridad. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y caminamos las ciudades profusas de colores inventados, de humo y de ruido y nos miran tristes y agobiados los caballos entre dos rígidas, inevitables varas, y nos miran los niños del cartonero, morenos y calientes bocados de cañón. Y no nos mira el padre cartonero que se trepa a una alta y brillante motocicleta y se aleja a marcar otro punto de recolección mientras los niños alzan el recio látigo y lo bajan severos, apurados, sobre el anca un poco angulosa del caballito escueto con sus cuatro patas móviles, temblorosas de esfuerzo. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Paul Gauguin llegó a Atuona, en las Islas Marquesas, y creyó estar en el Paraíso Terrenal. Pronto descubrió que los hombres blancos habían conquistado también ese lugar del mundo y que estaban imponiendo allí la base del modelo burgués capitalista de su cultura: la explotación esclavizante que aporta riquezas a unos pocos. El mundo aquel que hacía mucho había creído dejar atrás. Tal vez en esos dos últimos años intentó entender las razones que hacen que un hombre pueda cambiar y ser dueño de su destino y que, sin embargo, no permite que los hombres cambien y dejen el destino de los hombres en manos de los hombres. Tal vez para no pensar lo impensable se dedicó a realizar esculturas. Algo nuevo para él que era especialista en cambiar de rumbo. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> El caballito de los cartoneros dobla la esquina cabizbajo y menudo. Los niños del cartonero siguen el rastro brilloso de la motocicleta de su padre. También brillan los negros, redondos ojos infantiles, asomados a los sueños pueriles y preocupantes de los niños pobres del mundo. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Paul Gaugin murió el 9 de mayo de 1903, en Atuona, Islas Marquesas, después de cambiar varias veces de vida sin, naturalmente, haber logrado cambiar el mundo. Dejó cuadros asombrosamente coloridos, en los que explota hacia los ojos que los miran la potencia de un alma que se animó a encontrarse a sí misma.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2DW47_JdvBhjOA0EhyCj0h6Blw-tY7u8v8rj3CIljISaNv3xVszpWp5qvrKrivFNKvXQokd4XsExVzyKNrtLq8mvKxO5XDlmnSP8Q9Bor1zn0rCnx6lWxsWMApvUryIZf2tfNpzG3Zmre/s1600/485px-Paul_Gauguin_142.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #38761d;"><i><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2DW47_JdvBhjOA0EhyCj0h6Blw-tY7u8v8rj3CIljISaNv3xVszpWp5qvrKrivFNKvXQokd4XsExVzyKNrtLq8mvKxO5XDlmnSP8Q9Bor1zn0rCnx6lWxsWMApvUryIZf2tfNpzG3Zmre/s1600/485px-Paul_Gauguin_142.jpg" height="147" width="400" /></i></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> <span style="font-size: x-small;">¿De dónde venimos? ¿Quienes somos? ¿Adónde vamos? 1897</span></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-22057190990666661852014-04-26T19:12:00.003-07:002014-04-26T19:12:51.527-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">Adelina y la casa de la calle Pasteur </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Esa calle debe ser Pasteur. Al 150. Más o menos. La cuadra empezaba con Guidini, el encuadernador. También supo estar allí la imprenta de Ojeda, el padre de Pocitos, galancito de nuestro séptimo grado. Eran todas casas de principio de siglo XX, de cuando Villa Ángela comenzaba a convertirse en ciudad. Casas estilo Belle Epóque, altas, con puertas y ventanas con ventiluz sobre el dintel y de doble hoja. Era una cuadra con mucho estilo. En una de esas casas vivía la abuela de Adelina Diez. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Adelina era la chica más hermosa de la 389. En nuestros recuerdos hay una estampa imborrable con la imagen de Adelina vestida con vestido de puntillas y una mantilla a la española sobre un alto peinetón. Debe haber sido para el veinticinco de mayo, cuando se caracteriza a las niñas lindas de dama antigua; y a las feitas de negrita vendedora de pasteles, con la cara tiznada de corcho quemado y un pañuelo de lunares en la cabeza.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> El acto estaría por empezar y en el salón del museo escolar se disfrazaba a los niños que tomaban parte. Eramos del turno tarde, así que no participábamos demasiado. Los chicos de la mañana eran el epítome de perfección en un barrio de clase media baja y de segmentos populares pobres y muy pobres. Así que nosotros espiábamos todo aquello que nunca nos tocaría en suerte. Por eso nos asomamos a la puerta entreabierta del museo y ¡oh maravilla! Todos los espiones suspiramos deslumbrados ante la belleza de Adelina envuelta en un puñado de blancura impoluta: ¡Qué linda!</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Adelina tenía además una abuela que vivía en una de las cuadras más interesantes de la villa. Esas casas eran la memoria en ladrillos de la ciudad. A esa altura, sobre los escombros de las preciosas casas del pasado, están construyendo un enorme edificio de cemento y zing. Tiene una rara forma que podría compararse con un barco, una especie de proa, combada y puntiaguda, toda de chapa. Su color acerado agrede la vista y seguramente la resolana del verano, con tanta chapa refractando la luz y el calor, desde ahora en más va a ser intolerable a su alrededor.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Cuando descubrimos este monstruo engendrado por el progreso, evaluamos los posibles beneficios de su fealdad, la evidente ausencia de sustentabilidad y conciencia ecológica del arquitecto diseñador, la inútil destrucción de casas hermosas que aún estaban en buen estado y servían para albergar personas y la posibilidad de poner un edificio tan feo un poco más lejos del centro. Como no hay manera de rescatar las casas demolidas y de aventar el desagradable cascarón de zing, nos alejamos de allí a buen paso.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Y recordamos aquella tarde en que compartimos con la linda Adelina y nuestra querida Tere una siesta de cine. Vimos "Quiero abrazarme a tus pies", de Sandro. El cine quedaba ahí a la vuelta. Y en aquellos años también había un cine en 25 de mayo e Irigoyen . Todavía está el edificio, con relieves hechos en cemento por las manos de aquellos albañiles que ya los hubiera querido tener de ayudantes el mismísimo Miguel Ángel. Y todavía dice CINE CERVANTES, en el frontispicio. Han estropeado sus puertas y sus ventanas con vidrieras que exhiben, como en todas partes el envilecido esplendor del consumo. Sin embargo la gallardía y la distinción del edificio se impone sobre la irrespetuosidad de los retoques.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Esta vez nos vamos caminando despacito, pensando que Villa Ángela se está convirtiendo en una señora anciana que no se resigna a envejecer y que, por lo mismo, renuncia a la digna belleza de sus arrugas por el tramposo consuelo de los retoques del cirujano. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Mientras sus habitantes le desgarran el poético corazón de paloma silvestre con el estrépito de las motocicletas, le azotan la tibia piel de yegua mansa con el seco látigo de los carreritos cartoneros, le adornan las noches ensordecidas con relumbrones de lentejuelas, mientras se distrae, Villa Ángela cambia, se despelecha como una oruga que fuera fresca y libre para convertirse en la mariposa tecnicolor de su delirio.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Por suerte, aunque la dulce Adelina ya tomará en otras calles la curva de la vejez, en la villa las niñas lindas siguen despabilándonos el alma con la rosa impoluta de su hermosura.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivER8RSokrM8KkAGKnDrDsa8ukiAfrnpda4Ht8Mfmx28elP9ThoCbBUCp0gHh3KEgTN20Tl3OuD0139mLgaMLa6MsjNac8nl6X9cOwP_0qKMuV6kx0ozHI_Vk8IEUrNBq-03hyphenhypheneyRbj73p/s1600/lamantilla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivER8RSokrM8KkAGKnDrDsa8ukiAfrnpda4Ht8Mfmx28elP9ThoCbBUCp0gHh3KEgTN20Tl3OuD0139mLgaMLa6MsjNac8nl6X9cOwP_0qKMuV6kx0ozHI_Vk8IEUrNBq-03hyphenhypheneyRbj73p/s1600/lamantilla.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d; font-size: xx-small;"> Imagen tomada de la web.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-62550734008124898952014-04-13T11:56:00.002-07:002014-04-18T09:10:36.337-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Los gatos de Memphis No</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Ciudad de las estatuas, hora cero de un sábado de abril, voz impostada de locutora nocturna en una radio "f.m.", programa new age, entrevistas edulcoradas, relatos privados, intimidad al estilo siglo XXI, es decir, mediática. Los entrevistados son jóvenes de este siglo a los que se les propone hablar del amor. Pudorosos y expuestos ellos escabullen la encrucijada sin desnudarse del todo. Pero siempre algo se filtra.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> La muchachita señala como a su gran amor al padre muerto. La ausencia, la orfandad, sobrevuelan la vocecita clara y delicada como la aureola de un ángel. Difícil para la locutora escarbar en esa herida de rosada y siempre fresca carne de pena que cubre la perenne presencia de un padre muerto, de un padre eternizado por lo inescrutable.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Entonces la pregunta se orienta a los desparpajos políticamente incorrectos de Memphis No. Personaje popular del face book, atrincherado en una adolescencia feroz de cara a los ataques de la inevitable adultez, su voz de niño empalagado explica, en principio un poco cohibido y luego explícito y franco, que su gran amor son los gatos. No los gatos de la noche, esos que andan sobre tacos chispeantes de lentejuela y se adornan con sonrisas maquilladas de oferta. No los gatos de los que hablaba Quevedo, cuidadores de dinero. No los gatos de levantar cargas ni los gatos que brillan en las rutas para visibilizar ciclistas o motoqueros. Memphis ama los gatos<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; line-height: 18.200000762939453px;"> </span></span> //<span style="background-color: white; font-weight: bold; line-height: 18.200000762939453px;">gato</span><span style="background-color: white; line-height: 18.200000762939453px;"> doméstico (Felis silvestris catus)//.</span></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> La locutora pierde el engolamiento de la voz por la sorpresa. ¿Será Menphis un fetichista, un nuevo sexo, un exótico sexópata? Si así fuera, ¡qué sabroso reportaje se viene! El muchachito cuenta entonces que creció con una madre "muuuyyy trabajadora" y que no tuvo padre. Dice que el amor a los gatos lo acompañó, dice específicamente "ahí estaban los gatos". Y relata episodios de esa infancia acompañada de gatos, con anécdotas de gatos, con nombres de gatos, con amor de gatos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Cuando los jóvenes se despiden, alegres y un poco tensos por la noche de estrellato radial, nos quedamos pensando que ha sido esta una historia de huérfanos. Una historia cosmopolita y corriente en la que la soledad y sus uñas de lana húmeda han marcado improntas en los destinos de los que serán los hombres y mujeres del siglo XXI. Niños y niñas criados por mujeres solas, ocupadas, apresuradas, esforzadas y austeras. Austeras a la hora del almuerzo, austeras en el vestir y en el disfrute, austeras en la pasión sensual, austeras en la tristezas, austeras en el amor y la caricia. Niños que en las noches frías, mientras la madre tomaba el ómnibus para ir a trabajar o a rendir un examen, se abrazaban a lo único cálido que tenían consigo: cuerpos tiernos de gatos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tan lejos pareciera haber llegado la especie y sin embargo siguen sus cachorros abrazados a la cálida piel de la bestia venida de la selva o de las piedras o de la nieve del atemorizante exterior para abrigarlos en lo profundo de la cueva, como en el neolítico lo hiciera el lobezno perdido, rescatado por el cazador.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> La orgullosa especie del homo volviendo al círculo inicial de la vida, al contacto estrecho y amoroso con la sangre de los inocentes que fueran arrancados de la naturaleza y su primitiva justicia y traidos aquí, entre los cachorros humanos para arroparlos y salvarlos, para dar la cuota de ternura que las madres humanas no tuvieron disponible, que los padres humanos no supieron que hace falta.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> El amor a los animales está considerado un signo de evolución moral. Nuestro tiempo vive un auge del rescate de mascotas abandonadas y perdidas, una era de ideología verde, una moda de salvataje, al menos en los discursos, de especies animales y vegetales. Sin embargo, sería bueno revisar si esta actitud hacia los seres vivos que nos acompañan en nuestro paso por este mundo no es más que el deseo de progresar hacia la bondad, una búsqueda profunda de consuelo, compañía y abrigo ante el hondo desamparo de nuestra especie.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Si así fuera, no es nuestro tiempo el que ha descubierto en el gato o el perro lo que no pudo encontrar en los hombres. Cuenta Diógenes Laercio que Diógenes de Sinope decía amar más a su perro cuanto más conocía a los hombres, dicho que parecería haber sido comprobado en carne propia por Lord Byron, ya que lo citaba a menudo. Hemos visto a los perros sonreir y a los gatos arquear el lomo en afectuosa entrega ante la llegada del amo. Es evidente que son capaces de ofrecer amor. El primitivo y elemental amor del estrecho contacto, caliente y seguro como la vida. Memphis No lo puede asegurar.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHKVvE56i5f2jq9Nwh5uCMaAGIq7LOXmg0XFLUiCxNfNoGo71_X72BLsE7oYaGhmhzrF6jLsS4YTbrETSUgLKY_PD3eW6IX-9zUlq-jguvXtke8O2e_ABUzSE_TugFBfZDxZ00f2FE2JJN/s1600/10013925_230644687130507_6103978771719829561_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #38761d;"><i><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHKVvE56i5f2jq9Nwh5uCMaAGIq7LOXmg0XFLUiCxNfNoGo71_X72BLsE7oYaGhmhzrF6jLsS4YTbrETSUgLKY_PD3eW6IX-9zUlq-jguvXtke8O2e_ABUzSE_TugFBfZDxZ00f2FE2JJN/s1600/10013925_230644687130507_6103978771719829561_n.jpg" height="320" width="240" /></i></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> <span style="font-size: xx-small;">OgyOnix, la gata de Memphis No</span></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #545454; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 18.200000762939453px;"><br /></span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-35305510928894691672014-04-04T11:50:00.001-07:002014-04-12T10:53:32.754-07:00<div style="text-align: justify;">
<i style="color: #38761d;">¿Te acordás, Gabriel García?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En ese edificio ahora está el museo. Pero hace cuarenta años atrás allí estaba el correo. Y en la vereda, donde antes había un quiosco de chapa, de aquellos plegables, hoy hay una locomotora antigua, también de hierro. En aquel quiosco pobre, con revistas ajadas de segunda, tercera, incontables manos, tuvimos nuestra primera cita. No, nuestro primer encuentro, con amor a primera vista. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Teníamos unas pocas monedas. A esa edad, al borde de la infancia que demoraba en irse, otra muchachita habría comprado chicles bazooca o una revista de fotonovelas con Franco Gasparri. Pero en nuestro caso buscábamos libros. Y encontramos uno que era el único que podíamos pagar. Estaba muy barato porque había atravesado alguna lluvia y sus hojas estaban onduladas, deslucidas. Las tapas eran rosadas, de un rosa que se había vuelto pálido por la mojadura y el título era largo, muy largo, y para colmo, doble. Lo llevamos acuaciados por el deseo siempre insatisfecho de leer. Ya conseguiríamos las de Franco Gasparri. Todas las chicas las leían y circulaban entre nosotras como hoy esa amiga de hojitas a la que en clave llaman maría.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En la otra esquina, donde ahora está el Club de Pesca y entonces había una vivienda colectiva de estudiantes, vivían unas rubias despampanantes que eran de Coronel Du Graty. En el alto veredón de ladrillos suspendimos el pedal de la bicicleta y le echamos la primera ojeada: era una edición de Sudamericana, tenía un prólogo de Luis Hars y traía dos novelas cortas. Luis Hars hablaba de un escritor colombiano y, la verdad sea dicha, aunque leímos varias veces ese prólogo no sabríamos decir ahora si gracias a él comenzábamos a conocer a aquel morocho risueño y bigotudo, o si solo recordamos la aluvial sensación de deslumbramiento, el aleteo chisporroteado que anunciaba el nacimiento de un gran amor.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y el amor fue total. Nos enamoramos de esos personajes siempre vacilantes en la cuerda floja que pulsa sobre los ciegos precipicios de la tragedia, de ese mundo de sombras y miseria, donde la soledad late como un forúnculo caliente a punto siempre de estallar en desahogo de desgracia, de asco y de dolor, ese mundo de lujos apolillados, ese mundo decadente, machista, fantástico y exótico donde una muchacha podía llamarse Eréndira y ofrecer las hilachas de su cuerpo en oferta al último hombrecito de la tierra solo por amor y donde una vieja esposa, enferma y piojosa, aceptaba agonizar de hambre pero no dejaba de acompañar a su hombre hasta el extremo de la desolación.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Un día llegamos a la universidad y compartimos nuestras lecturas con un novio eventual. El nos acercó "El Castillo" de Franz Kafka. Y se llevó a cambio el librito de tapas color rosa. Aquel romance de estudiantes terminó más temprano que tarde y los pobres libros se quedaron con las vidas cruzadas. Todavía en nuestros anaqueles está el libro de Kafka. No sabemos qué fue de aquel otro, ojalá lo hayan tratado bien.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Añoramos largamente aquel pequeño libro donde leímos por primera vez <u>La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada</u>, que era acaso la fábula de la hedionda, pegajosa explotación de América Latina, pero que nosotros leíamos como un cuento de hadas, hadas bizarras y caídas, pero hadas al fin. Accedimos también al, ya entonces, unánimemente aplaudido <u>El coronel no tiene quien le escriba</u>, relato de ignominia y resistencia que nos llevó mucho tiempo entender.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Alguna tarde, ya en Resistencia, con penas de amor por el novio y el libro escamoteado, encontramos <u>Cien años de soledad</u>. Se nos desgarraba el pecho de felicidad con esas frases engoladas y al mismo tiempo transparentes que ojalá hubiéramos podido escribir nosotros. El amor era cada día más grande.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Veinte años después, en un quiosco de un pueblo perdido en el viento norte y el polvo del Chaco adentro encontramos <u>El amor en los tiempos del cólera</u>. Y aquella siesta horrible, acezante de calor, mientras esperamos tres horas el colectivo destartalado que nos devolvía al hogar, después de un día de inútil y esforzado trabajo docente, renovamos los votos con el galán colombiano.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Y no hace tanto leímos, otra vez asombrados, <u>Del amor y otros demonios</u>. No citamos los demás. Él hizo que América Latina fuera apreciada y respetada. Él nos dio un regalo invaluable: creó nuestras señas de identidad, enjuagó nuestra ignominia con el agua bautismal de su lenguaje lleno de poesía. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Ahora viene la dama con sus huesos batientes, fosforescentes. Anda extendiendo dedos dubitativos y temblorosos y aparta hojas de bananeros y de palmas, frescas hojas salpicadas de rocío. Y de lágrimas nuestras. Estamos llorando por Gabriel, el llamado García, de los Márquez. Aquel que conocimos una siesta, en la esquina del correo viejo, donde ahora está el museo, cuando teníamos catorce y no sabíamos nada de eso que llaman literatura. Y fue amor a primera vista... para siempre.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1hKd2NpQrBzIIagEoaiaeQ5ew-t_pZzmz57IqeLEei8RWyVcdHMhqTLpgoL_ZWieG_Fm4o4apClm_I-b7ZXgR6R65OltUIjpI5bynM8VmZrtH9ekbqO_n1qbbOY0obhdPb684fnAInBwY/s1600/blocks_image_3_1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1hKd2NpQrBzIIagEoaiaeQ5ew-t_pZzmz57IqeLEei8RWyVcdHMhqTLpgoL_ZWieG_Fm4o4apClm_I-b7ZXgR6R65OltUIjpI5bynM8VmZrtH9ekbqO_n1qbbOY0obhdPb684fnAInBwY/s1600/blocks_image_3_1.png" height="140" width="200" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgfQpM1zxiI84GZOI9-ZMWpFpqciv8iqymyXWMUkoDLL9xUC4xATBYc3I_ZFpbUrSUUAmJI15ERXvqm6sNlzfEN4CI1w2LIm6NLtVMnU2f_uCn44TEXBpLV17ji9jCVOi_rnoIPjG1BLxK/s1600/blocks_image_1_1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgfQpM1zxiI84GZOI9-ZMWpFpqciv8iqymyXWMUkoDLL9xUC4xATBYc3I_ZFpbUrSUUAmJI15ERXvqm6sNlzfEN4CI1w2LIm6NLtVMnU2f_uCn44TEXBpLV17ji9jCVOi_rnoIPjG1BLxK/s1600/blocks_image_1_1.png" /></a></i></span></div>
<span style="color: #38761d;"><i> <span style="font-size: xx-small;">Las imágenes han sido tomadas de https://www.villaangela-chaco.com (a quienes agradecemos)</span></i></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-2368482690801102942014-03-29T07:56:00.001-07:002014-03-29T08:06:20.059-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Alumnos... de ayer y de hoy</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Alguna vez los hemos amado tanto. ¿Cuándo murió el amor? ¿En qué momento la ternura y la furia por mostrarles las llaves de la vida se convirtió en este acíbar agrio que nos llena la boca frente a su desparpajo y su desprecio? ¿Cuándo y porqué cambiaron esos seres inofensivos e inocentes que quisimos cuidar del desencanto, que hubiéramos salvado de la guerra, de la pena, del hambre y, sobre todo, de la maldad del mundo?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> No lo sabemos. Apenas si podemos fijar en la pared de los recuerdos dos imágenes disimiles, opuestas, ilustrativas de la distancia que media entre aquellos y estos, después de treinta años de vivir entre ellos. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En la imagen primera hay un montón de caras bruñidas de juvenil encanto, bellas de una pureza que nosotros, seres desterrados del bulevar, ya habíamos perdido: ellos creían, ingenuas golondrinas sin destino, en la promesa del pájaro azul de la felicidad. Y en esa fotografía colorida y fresca, llena de sonrisas frutecidas tal granados partidos bajo el sol, madurando, ahí, un poco más alto que los otros, moreno, seductor, dulce y alegre, Abico canta a gritos, con un agudo desentonado, una canción de Emanuel.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En esas aulas nos esperaban, desafiantes y desamparados, juveniles, con el corazón entregado como el cachorro ofrece la garganta a las fauces de la madre recia y protectora que lo muerde cariñosa para enseñarle a defenderse; esperaban confiados, transparentes. A veces nos preguntamos cuánto habremos traicionado esa confianza, esa maravillosa capacidad de sueño. Y una lágrima negra nos atraviesa el alma.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Una siesta cualquiera nos dieron la noticia: Abico había muerto en un accidente. Iba de una escuela a otra escuela, sembrando margaritas por los bulevares perdidos del Chaco profundo. Abico, el principito pobre de aquel pueblo de tierra y pastizales. El alumno moreno, con su cara llena de risa ya no estaba. Ni él, ni aquella canción de Emanuel que nos dedicaba, pícaro y tierno, para escabullir la dura disciplina de esta mujer venida de los bulevares del ideal obtuso, inalcanzable. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tal vez comenzó entonces la transformación. Tal vez aquella noche, en que miramos por última vez la cara de Abico en el cajón,, estábamos mirando también un tiempo que empezaba a morir y ser pasado. Y acaso, como en esas películas de zombies ahora estamos viviendo en un país de muertos que caminan, en un mundo de apestados terribles, en calles llenas de chillidos de miedo e inmundicia.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Porque la otra escena es tan opuesta. Las caras tienen una pátina de aceite, un brillo malsano, maloliente. Y las risas son torpes y groseras. Y ese alumno nos mira, espatarrado en la silla, exhibiendo el bulto de esos genitales recientemente adquiridos, y tuerce despectivo la boca y hecha hacia el costado un esputo espumoso, abundante, que cae al lado de la pata del banco mientras él nos mira de frente, con unos ojos turbios, repulsivos.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Menos mal que tenemos Internet para reemplazar los bulevares. Así que corremos a nuestro rincón secreto, donde no dejaremos entrar a los muertos vivos porque pondremos a todo volumen, para que se escuche en toda la manzana, la canción de Emanuel.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/FWrXDxNFykU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-53371468521199510582014-03-17T20:28:00.000-07:002014-03-17T20:48:06.481-07:00<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">Cuentos</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> A veces, después del asado o de un almuerzo cualquiera, el padre contaba cuentos. O recitaba versos. También en algunas noches, cuando la luna alumbraba tan transparentemente que parecía de día, como solía decirse entonces. Muchas veces era el segundo vino tinto el que propiciaba aquellas expansiones. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Salían a relucir entonces los cuentos de Don Juan, el zorro, pero en versiones que no hemos vuelto a escuchar en relatos orales, ni hemos hallado en recopilaciones de especialistas, cuando ya nuestros intereses y las necesidades del oficio nos llevaron por entre los libros como en aquellos años nos llevaba el senderito de ladrillos por entre los frescos eucaliptos del bulevar.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Bajo el algarrobo, que en la memoria es gigantesco y magnífico y en el presente es achaparrado e inclinado hacia el sur como un anciano que va luchando contra el viento, con el poncho desmadejado y deshilachado, apañados por esa sombra que recordamos fresca y solidaria y que ahora solo abriga humedad y abandono, allí oíamos los relatos, con un asomo de sonrisa, con una pizca de curiosidad, infantiles y simples, todavía vírgenes de otros relatos mucho más crudos y terribles que nos estaban esperando al otro lado de la página, en el siguiente tramo de la vida.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Don Juan había pasado varios días con sus noches jugando al truco con otros camaradas, tal vez el tigre y seguro el tatú. Así como hemos hallado al tatú o el carpincho como víctimas de la astucia aprovechadora del zorro en las asociaciones propiciadas por el zorro con el fin de beneficiarse del trabajo de aquel, así también en este cuento el zorro apunta al tatú para satisfacer su hambre.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Porque los jugadores hace mucho que están gastando energías en su entretenimiento y están hambrientos. El Zorro orejea las cartas, aquí sería maravilloso poder transmitir la entrañable imagen recordada del narrador imitando el gesto característico de los jugadores de carta que desplazan uno sobre otro los pequeños recortes de cartón ilustrado para armar el esquema de su puntaje y espía por sobre las orejitas de las cartas los gestos, y si puede también las cartas, de sus rivales para poner en juego las picardías que permite el juego del truco.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> En este caso, mientras canta flor y truco, truco y envido, todo ese galimatías propio de la jerga del juego de cartas más representativo del criollo rioplatense, el zorro apunta con sus ojitos legañosos y malignos la rechoncha figura del tatú, al que imaginábamos apoyadito en la silla con su traserito casi en punta, la cola dobladita hacia un costado y la naricita vibrante husmeando las cartas sobadas y un poco gracientas por el uso.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">-Tengo hambre- dice el zorro, y empieza a mirar golosamente al tierno, ingenuo, un poco tonto, tatú, combinándose con los otros para un probable festín... de tatú.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> En cierto modo, el tatú parece pero no es. Así que apercibiéndose del peligro que está corriendo decide una retirada con dignidad y en una orejeada última, vuelca sus cartas sobre la mesa y señala, perspicaz y oportuno:</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">-El que tiene patas cortas puede salir disparando, nomás.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Tal vez no lo decía el tatú sino su pareja de juego que no logramos recordar quién era. Tal vez lo decía el tigre que sabía lo que era ser continuamente estafado por el zorro. Tal vez lo decía el tatú para anunciar que se mandaba a mudar. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Es este un cuento mal contado; porque la memoria emocional no es como la memoria que cultivamos en la escuela, en el estudio, en la práctica aplicada y constante de la reflexión. La memoria del pasado privado está armada de frases, imágenes, gestos, menudos chisporroteos de emoción y silencio y música y un clima perdido para siempre que a veces vuelve con esa frase: </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;">-El que tiene patas cortas, puede salir disparando, nomás. Y la imagen del tatucito, real, tan claro, tan gracioso, escapándose, no como en los libros en dos patas verticales, humanizado, sino como un tatú, con ese trote de breves y menudos pasitos increíblemente rápidos.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"> Eramos absolutamente solidarios con el tatú: por bonachón, por buena gente, por pacífico y gauchito. Porque nosotros éramos niños de campo, un poco como él, patitas enterradas, lomito oscuro, siempre a merced de los sagaces habilidosos dueños de los artilugios de la sobrevivencia en este mundo lleno de zorros, de tigres, y de alianzas por conveniencia entre los zorros y los tigres. </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQV60GikeKhkAZcjN3KSoUcnhIcdp-Xbc1qUKviFL7MajnHf96d2YQCCV6l9Hc1bywIFHNCJK5Qp2h1UWpEKHyhgVnaWQ_3ejWFoQsxhBrAGky2KQpz815oNdZjonhIwfiaG9yeloU4iya/s1600/100_1904.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><i><span style="color: #38761d;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQV60GikeKhkAZcjN3KSoUcnhIcdp-Xbc1qUKviFL7MajnHf96d2YQCCV6l9Hc1bywIFHNCJK5Qp2h1UWpEKHyhgVnaWQ_3ejWFoQsxhBrAGky2KQpz815oNdZjonhIwfiaG9yeloU4iya/s1600/100_1904.jpg" height="240" width="320" /></span></i></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="color: #38761d;"><br /></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7922451677652225571.post-77386587720003386352014-03-12T10:16:00.002-07:002014-03-13T06:39:08.775-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i>Paraguay global</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Las épocas tienen valores que se expresan en los objetos que las representan y que cristalizan en sí mismos esos valores. Naturalmente, casi siempre los que acceden a esos objetos son los que ocupan un lugar preponderante en la sociedad, o que aspiran a ello. Veamos ejemplos específicos que demuestren el aserto: cuando Zenón, el cínico, descubrió que podía beber con la mano arrojó al mar el cuenco que usara hasta entonces; tener un cuenco lo instalaba en el espacio civilizado de la cultura, era importante beber y comer como persona cultivada, en una casa decente había vasijas de arcilla, o de cobre, o de oro, en mayor o menor medida, según el estatus de sus moradores. Y en los palacios de los reyes hasta podía haber vasos de vidrio como prueba de que la riqueza y el poder también les permitía poseer utensilios que se rompían al menor descuido, puesto que podían reponerlos cuando y cuanto quisieran. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> En la Edad Media poseer un jubón de terciopelo o una camisa de lino era posible solo para la más alta nobleza, pero lo que más importaba a un hombre de la nobleza guerrera que dominó la vida política y económica de Europa entre los siglos VIII y XIV era lo que le permitiría ser un señor de la guerra: una espada y un caballo. Las espadas, comenta en alguno de sus libros don Ramón Menéndez Pidal, podían tener el valor de un auto pequeño del siglo XX. Eso explica que los regalos del Cid a su rey o a sus yernos, hayan sido considerados regalos verdaderamente esplendorosos: caballos quitados a los árabes, muchos de los cuales tenían mayor valía que cualquier esclavo o siervo de la gleba para los valores de la época. Y espadas. Espadas de estirpe tan clara y tan definida personalidad que hasta tenían nombres como las personas.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Para las actrices del cine de la primera mitad del siglo XX los vestidos de alta costura, las joyas (diamantes, oh, diamantes), los perfumes (¡aquel chanel nº 5!), constituían la prueba material de que habían llegado al más alto escalón de sus aspiraciones (ergo frivolidad).</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Se podría seguir enumerando, la alcantarilla del bulevar arrastra desechos del pasado, de los ingenuos o crueles sueños del pasado, sin ningún miramiento. Pero con los citados alcanza para ilustrar nuestra hipótesis: cada tiempo tiene su juguete mágico, su piedra de hacer sopa, su lámpara con su genio, que solo espera un toque para regalar a los hombres todas las maravillas de la tierra o del cielo: el poder, el amor, la riqueza, la fama, la eternidad. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Este tiempo, llamado global por su capacidad para instalar su poder masificador hasta en los pueblos de mayor energía identitaria, tiene también su elemento, se herramienta, su arma maravillosa e imbatible. Ya lo intuíamos: los medios de comunicación han cambiado hasta la forma en que se configura la inteligencia del hombre y parece redundante explayarse sobre la cuestión, que aun así se presenta inagotable. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Tan inagotable que una noche de estas miramos, y sin esperar la mágnífica sorpresa que nos depararía, una película paraguaya. Dulce tonada paraguaya, bilingüísmo, cosmopolitismo en el que la inmigración del cercano y lejano oriente ponen un toque más de exotismo, pobreza, urbanismo desbocado, jóvenes soñando como Aladino, mujeres de una fortaleza y una ternura únicas, todos rasgos del Paraguay que ya Roa Bastos, el augusto, nos había mostrado. Y en colorinche ajetreo de la vida paraguaya capitalina, el mundo global, los destellos de las pantallas pulsando los sueños, complicando los destinos, distrayendo, impulsando la aventura y la corrupción.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> La película se llama "Siete cajas", sus directores son Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, los personajes están a cargo de actores paraguayos y el eje del guión se centra en un adolescente llamado Víctor que sueña salir en televisión y que ese día descubre las maravillas del teléfono móvil, el celular. El protagonista, el héroe y antihéroe de la película es el celular. Una pequeña pantallita acompañada de un mínimo teclado y una batería traicionera, que se agota cuando más se la necesita, cuyo corazón de chip puede traer de regalo la más tonta y plena felicidad. Aunque no sirva para comprarle el remedio al hijo enfermo o sea usado para ocultar el desamor.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> "Siete cajas" ha sido nominada a muchísimos premios de los que ha ganado uno o dos. No porque no los merezca, sino porque es paraguaya: los actores son morenos criollos con escaso maquillaje, el paisaje urbano de la ambientación no es de utilería (es el mercado 4 de Asunción), los celulares que aparecen son los reutilizados que el mercado coreano o japonés manda a los países del tercer mundo, la lengua madre ameriindia impregna la mitad de los diálogos (aparece subtitulada), y decir Paraguay en el mundo global todavía suena a poco. Pero la película es maravillosa por muchas razones, más que nada porque es la primera vez que el celular muestra en una obra de arte el profundo sentido de su condición de fetiche global. </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #38761d;"><i> Dejamos enlaces por si quieren descubrir el universo paraguayo y su romance con el celular:</i></span></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<span style="color: #38761d;"><i><span style="font-size: x-small;"> </span></i></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; font-size: small; text-align: center;">
<span style="color: #38761d;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi15onu7lLuFB27bvbl9icmEPNwg1wpq2PuKKo4UGqUU6lmN7BZoAdZ3S66tUQDIaR8lFoe5_IGgCKC62b6m8S3s7CUHM31EFAdH85M0u4KWrpJSTdyxmovJwH5sI33J5QJFNofKgwLbLto/s1600/larisa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi15onu7lLuFB27bvbl9icmEPNwg1wpq2PuKKo4UGqUU6lmN7BZoAdZ3S66tUQDIaR8lFoe5_IGgCKC62b6m8S3s7CUHM31EFAdH85M0u4KWrpJSTdyxmovJwH5sI33J5QJFNofKgwLbLto/s1600/larisa.jpg" height="290" width="320" /></a></i></span></div>
<span style="color: #38761d;"><i>
<span style="font-size: x-small;"> </span><span style="font-size: xx-small;">La imagen de Larissa ha sido tomada de la red. Gracias.</span><span style="font-size: x-small;"> </span></i></span></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite>
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;"><br /></cite></cite>
<cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"><cite class="_md" style="background-color: transparent;">www.youtube.com/watch?v=t1ax_XInBLE</cite><span style="font-size: x-small;"></span> </cite><cite class="_md" style="color: #38761d; font-size: 13px;"> </cite></div>
<div class="f kv _xu" style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: small; height: 17px; line-height: 16px; text-align: justify; white-space: nowrap;">
<i style="color: #38761d;"><cite class="_md" style="background-color: transparent; font-size: 13px;">www.youtube.com/watch?v=kSva-gM5pFs</cite></i><span style="color: #38761d; font-size: 13px;"> </span></div>
Gregoria Leivahttp://www.blogger.com/profile/12804384757333745099noreply@blogger.com0